Ya está en vigencia el protocolo para el regreso de los teatros platenses

Según la resolución, las salas solo pueden funcionar con un máximo del 30% de su capacidad. No se permite ningún tipo de ventilación mecánica, por lo que deben airearse a través de puertas y ventanas.

Desde el pasado martes 1º de diciembre ya está en vigencia el protocolo para que las salas de teatro de la provincia de Buenos Aires puedan reabrir sus puertas. Según la resolución, la norma sanitaria más importante para continuar con las medidas de distanciamiento social está vinculada con la capacidad. Así, cada sala bonaerense solo podrá funcionar con un máximo del 30% de su aforo.

En el marco de la pandemia de Covid-19, el Protocolo general para la actividad teatral y música en vivo con público contiene otros dos ítems centrales. Al estar prohibida la ventilación mecánica, las salas deberán contar con ventilación natural a través de puertas y ventanas. Cada evento, finalmente, deberá informarse al Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica con un anticipo mínimo de cinco días.

La medida supone una buena noticia para la reactivación del sector, paralizado desde el comienzo de la cuarentena, y sostenido, en algunos casos, por las funciones vía streaming y los talleres de las diferentes disciplinas escénicas dictados por Zoom. Sin embargo, según los profesionales del sector, no puede aplicar de la misma manera para las salas de grandes capacidades y los pequeños auditorios del teatro y la música independiente.

“Creo en las buenas intenciones del protocolo y no dudo que haya sido confeccionado desde esas buenas intenciones y desde la observancia de los criterios de salud vigentes –dice el autor, docente y director teatral Gastón Marioni, responsable de Teatro Estudio y director del Coliseo Podestá durante cinco temporadas–. Ahora, también siento que ese protocolo aplica a salas arriba de 400 o 500 butacas. O sea, para que cuando vos hagas el proporcional de un aforo del 30%, puedas estar hablando de 50 o 60 espectadores. Al menos para que la venta de esos tickets te permita sostener los costos que tiene abrir las puertas de una sala de teatro. Cada vez que abrís, empiezan a caer los costos minuto a minuto. Desde la luz, el gas, la ventilación, la limpieza, los elementos para llevar adelante el protocolo, el empleado de boletería, el empleado de técnica, el empleado de camarines, etc. Entonces, no da.

Excepto que, como digo, se trate de una sala grande. Por estar vinculado a Atepla (Asociación Teatristas del Plata) y las charlas que tengo con mis colegas, intuyo que es la problemática común a todos. Este protocolo vigente es propicio para salas más grandes, y no es que no contemple, sino que no aplica para la realidad singularísima del campo tan vasto y heterogéneo que tenemos las salas de teatro independiente”.

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