El Conicet realizó un importante estudio sobre la Covid-19

Los expertos monitorearon la respuesta generada contra el coronavirus en pacientes recuperados y en personas inoculadas con una o ambas dosis contra el SARS-CoV-2.

El equipo del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet publicó un informe en el que da cuenta de la fuerte respuesta que se genera contra el coronavirus en personas vacunadas o en pacientes recuperados. El estudio se centró en monitorear desde abril de este año la respuesta linfocitaria T antígeno-específica en este grupo de personas. “Hay dos tipos de respuestas inmunológicas frente al virus SARS-CoV-2: una de ellas mediada por anticuerpos, producidos por células plasmáticas provenientes de linfocitos B y otra, por linfocitos T (citotóxicos CD8) que destruyen las células infectadas (como las pulmonares). Por otro lado, los linfocitos T colaboradores (CD4) cooperan tanto con la respuesta de anticuerpos como con la respuesta T citotóxica. De allí la importancia de la respuesta inmunológica T para evaluar la respuesta inmunológica completa”, explicó al respecto el líder del equipo Gabriel Rabinovich.

Del estudio se procesaron muestras de bonaerenses vacunados, donde primero extrajeron sangre y después, dentro del laboratorio, purificaron las células mononucleares que contienen estos famosos linfocitos T. Estas son las células que son estimuladas con fragmentos específicos del virus. Así, se determinó la activación de los linfocitos tras los plazos de cultivo a través del monitoreo de una serie de moléculas presentes en la superficie y en el interior de las células por citometría de flujo. “Hasta el momento lo que se mide en los test serológicos son los anticuerpos, y se hace a partir de ensayos de Elisa que se utilizan en kits, de este modo nos perdemos una parte central de la respuesta inmune, los linfocitos T”, agregó el investigador. Lo importante del estudio es poder determinar la respuesta integral a las vacunas. “Los linfocitos de memoria son aquellas células del sistema inmune que se encuentran en la sangre, que han estado en contacto previamente con el virus o una parte de él, ya sea porque la persona se ha vacunado o porque se ha infectado. Estas células circulan por el organismo, por la sangre y los tejidos a la espera del reingreso de ese mismo virus para poder reaccionar. Estos linfocitos tienen una memoria inmunológica y recuerdan a aquel antígeno que vieron anteriormente para reaccionar nuevamente con mayor potencia y rapidez”, señaló Rabinovich.

La investigación fue difícil dado que de­mandó de una técnica compleja para detectar los linfocitos T de memoria en los recuperados o vacunados.

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