El Nobel de Física, con la mira en el cambio climático

Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi fueron galardonados por descubrir los patrones ocultos del clima a largo plazo y otros sistemas complejos.

En las primeras horas del martes, la Real Academia de las Ciencias sueca entregó el Premio Nobel de Física 2021 a tres científicos que fueron capaces de encontrar patrones ocultos en los sistemas complejos y predecir su comportamiento incluso durante décadas o cientos de años. El clima de la Tierra es uno de esos sistemas. Así, por un lado, comparten la mitad del premio el estadounidense Syukuro Manabe y el alemán Klaus Hasselmann, que sentaron las bases de nuestro conocimiento del clima de la Tierra. Por otro lado, se lleva la otra mitad el italiano Giorgio Parisi, que ha sido galardonado por sus “contribuciones revolucionarias” a la teoría de los fenómenos desordenados y aleatorios.

En el marco de las cumbres de líderes de todo el planeta, las marchas a escala global y las advertencias de los científicos; el Nobel de este año parece apuntar sutilmente en esa misma dirección. Entre las grandes contribuciones de Manabe y Hasselmann se encuentran, precisamente, la posibilidad de conocer cuánto subirá la temperatura de nuestro planeta por el aumento del CO2 atmosférico y el reconocimiento del impacto humano en el clima.

Desde la Universidad de Princeton, los trabajos de Manabe se remontan a los sesenta, cuando trataba de desarrollar un modelo numérico para simular el comportamiento de la atmósfera. El científico creó el primer modelo de circulación atmosférica global, introduciendo en el programa los gases de efecto invernadero. Predijo que si la concentración de CO2 se duplicaba la temperatura global subiría dos grados. Su trabajo sentó las bases para el desarrollo de los modelos climáticos actuales.

Diez años después, Hasselmann, del Instituto Max Planck para la Meteorología en Hamburgo, creó un modelo que vincula el tiempo y el clima al encontrar una manera de burlar los rápidos y caóticos cambios climáticos que eran tan problemáticos para los cálculos. Además, ideó el método denominado “fingerprinting” (huellas climáticas), que permite distinguir entre la variabilidad natural del clima y la perturbación por el aumento de los gases de efecto invernadero. Este método se ha utilizado para demostrar que el aumento de temperatura en la atmósfera se debe a las emisiones humanas de dióxido de carbono.

De acuerdo con ambos modelos, el mundo se ha calentado 1° C durante los últimos 150 años. “Ya no podemos decir que no lo sabíamos, los modelos climáticos son inequívocos”, señalan.

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