“En IOMA siempre es más de lo mismo, te hacen esperar horas y no te solucionan nada”

Así lo afirmó Jésica, una afiliada que vive en Tolosa cuyo hijo tiene una discapacidad por la que requiere de una silla de ruedas especial. “Esperamos horas en la vereda para ser atendidos en el pico de la pandemia”, aseguró. Crecen las quejas por la falta de atención de la obra social.

Jésica no llega a los 40 años. Tiene un hijo adolescente que nació con una patología y requiere de una atención especial. Ella es afiliada de IOMA. Y sufre lo mismo que miles de afiliados a la obra social del Estado, que pasan horas esperando en una cola al aire libre, sobre la vereda de calle 46 entre 12 y 13, por una solución.

Tal como había ocurrido con el oficial de la Policía de Dolores que está internado en el Hospital Italiano y aún no recibió una respuesta por parte de IOMA, la madre del adolescente de Tolosa se acercó a la sede central para reclamar la cobertura de una silla de ruedas motorizada, que le permita a su hijo poder movilizarse de forma independiente.

“Hace dos meses pedimos la silla de ruedas motorizada que necesita mi hijo de 16 años que está en mi casa de Tolosa”, explicó, luego de estar dos horas esperando en las escaleras de ingreso al edificio de calle 46 en plena segunda ola de contagios de coronavirus.

“Nació con una patología. Acá en IOMA es siempre lo mismo. Necesitamos una silla de ruedas motorizada. Porque él tiene dobladas las manos y ahora está en una silla de ruedas común que no le permite mover los brazos ni nada”, explicó.

“Él es una persona de riesgo y yo estoy acá esperando al aire libre por él, ya que en IOMA te hacen esperar afuera”, comentó Jésica en las escalinatas de la obra social.



La escena se repite a diario, y lo mismo sucede con la atención de la empresa Aguas Bonaerenses. Los reclamos virtuales no tienen el efecto esperado y las personas se terminan agolpando en la puerta de los edificios ubicados en calle 7 entre 42 y 43, y en calle 6 entre 54 y 55.

Como si esto fuera poco, la misma situación de personas haciendo fila al aire libre expuestas a contagiarse de gripe o resfriarse puede verse en ABSA, tanto en la sede de calle 43 y 7, como en la sede de calle 7 entre 57 y 58.

Además, ayer se registraron reclamos por el pago a terapistas y cuidadoras que vienen sosteniendo el pedido para poder cobrar los salarios atrasados correspondientes a su trabajo, es decir, el cuidado de pacientes que están afiliados a esta obra social, y aún no fueron depositados por IOMA.

“Uno genera cierta empatía con los pacientes. Por eso seguimos trabajando aunque hace varios meses que no cobramos. Para venir a reclamar acá tuvimos que pedirles a los familiares de los pacientes que puedan cuidarlos ellos un rato. Generalmente los familiares suelen entender”, expresó una de las cuidadores ante diario Hoy.

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