Es misionero, estudió en la UNLP e hizo una investigación sobre la historia del mate
El elemento más tradicional de la Argentina tiene múltiples diseños y, dependiendo la región, representa la idiosincrasia de cada comunidad. Innovaciones y expectativas para el futuro del mate en el país y el mundo.
El mate es el objeto más tradicional y característico de la cultura argentina: incluso en las visitas a líderes mundiales, los dirigentes argentinos suelen llevar un mate como obsequio. Con esta premisa, el diseñador industrial Guillermo Pawluk realizó una exhaustiva investigación para el final de su carrera en la UNLP, sobre la historia del mate, desde el siglo XVI hasta nuestros tiempos.
“Tengo una historia muy ligada al mate y esta investigación la veo como una base para poder profundizar a futuro, porque hay mucho más para decir. El mate es muy personal en sus usos y costumbres, a la vez que también se vincula mucho con la región donde se lo utiliza, como por ejemplo un determinado tipo de madera o la calabaza; cada región tenía un mate característico”, marcó el autor en diálogo con diario Hoy.
En ese plano, también centró el foco en los “mates modernos”, que en muchos tradicionalistas puede generar rechazo, como es el caso del “mate Mateo”, producido a base de silicona y con colores estridentes.
“Quizás para el mundo matero tradicional no se puede ni ver, pero lo que se destaca es que pese a sus diferencias tuvo éxito en diseño, ganó concursos. Mates innovadores hay muchos, pero como este no hay ninguno porque pudo conquistar un público que no estaba quizás tan ligado, como es la gente joven que tiene una relación diferente con la infusión”, aseguró.
En tanto, marcó que las redes sociales también contribuyeron a mantener entre la comunidad, sobre todo en los jóvenes, mates grandes con grabados, con detalles en plata, que en general son los que usan los jugadores de fútbol. Para el autor: “Siempre existieron y nunca pierden la esencia, ese es un punto a analizar sobre la tradición que persiste a través de los siglos a pesar de los pequeños cambios”.
A partir de la pandemia y los riesgos de contagio de Covid-19, la costumbre sobre el rito alrededor del mate cambió radicalmente, dado que ya no se comparte y cada persona toma del propio, algo que vino a interrumpir una marca de la idiosincrasia nacional.
“Creo que como argentinos no nos cambia la relación con el objeto, sino la cultura que tenemos gracias al mate. Cambia eso de no estar aislado, el mate te hace de amigos y es una herramienta para integrarse a la sociedad; ahí es donde surge el quiebre y corrompe con el ideal del mate. Seguramente para adelante se verán mates más chicos y con los que el compartir no afecte la seguridad e higiene de las personas”, sostuvo el diseñador industrial.
En ese marco, Pawluk señaló que por fuera de las fronteras argentinas hay una “revolución del mate” y ahí se van a dar nuevos diseños dado la relación de otras culturas con la infusión. “Creo que van a venir mates más personales, más allá de que la gente del exterior no le tenga miedo al compartir, algo que
nosotros tenemos naturalizado”.