La inflación derrite el helado

Ante la escalada de precios, el kilo ya alcanza los $120 en la ciudad. El clásico cucurucho peligra y está en vías de extinción

Tomar un heladito se convirtió en un lujo en tiempo récord: en las heladerías más conocidas y tradicionales de La Plata, el precio del kilo ronda los tres dígitos, y las porciones individuales se fueron por las nubes.

El año pasado, el pote de un kilo variaba entre 60  y 75 pesos, mientras que hoy lo encontramos a  98 y 120, según constató Hoy. El cuarto fue subiendo de forma escalonada y constante desde el verano: 13 , 17, 21 y 30 pesos sucesivamente. El “vasito” se convirtió en el triste consuelo de muchos.

En  este sentido, la crisis económica pronostica un duro momento para el cucurucho, que quedó muy caro al lado del cuarto kilo. Se vienen cambios culturales en el consumo de un clásico .

Delivery y gustos locos

Para no perder clientes los locales de helados “premium” recurren a  descuentos de tarjetas de crédito y cupones por Internet, algo que antiguamente funcionaba para compras  de mayor valor, como las de  indumentaria. Asimismo, diversifican su propuesta agregando productos de cafetería y gustos extravagantes.

Tradicionalmente, estas firmas que apuntan a un sector económico medio y alto son los que primero aumentan, aunque poco después le siguen los pasos las más económicas. Es que al igual que las casas “de primera” las heladerías económicas tienen que afrontar las alzas en la materia prima (la leche y las frutas se fueron por las nubes) y la mano de obra.

Es por esto que para seguir siendo competitivos, muchos heladeros invirtieron en servicio de delivery, incluso con posnet para pagar con tarjeta. De esta manera ganaron una nueva franja de público (los que quieren comer postre sin moverse de casa) y hasta se incrementó el consumo per cápita (paso de 4.5 kilos a 6) gracias a que pudieron vender en invierno. 

Salven al cucurucho

Según la investigación de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA) junto a la firma TNS Argentina, el pote de cuarto kilo arrasa con el tradicional cucurucho, ícono y emblema del acto de tomar un helado. ¿Las razones? Las cada vez más austeras bochitas sobre el cono de barquillo no justifica el precio final, en comparación con el rendidor vaso de telgopor, de tres gustos. Y salen prácticamente lo mismo.

Otro cambio sociocultural que provocó el aumento de precios, es la situación en la que atacamos un helado. Si bien siempre tuvo un carácter social, el helado solitario, aquel que se come de camino a casa en un día de calor (o frente al televisor consolando penas del corazón) prácticamente pasó a mejor vida. La investigación de la AFADHYA reveló que el 80 % del consumo se da entre varias personas, sobre todo por la tarde y noche.

Los de “palito” también están en alerta. A la hora de pagar, la gente hace la típica relación “precio-calidad” y se termina decantando por un producto artesanal en la heladería (y convertir la compra en un paseo) en vez de sacar el paquete de la heladerita del kiosko. Así lo prefiere el 75 % de los clientes, según el sondeo.

Sobre gustos...

Ni frutos del bosque ni maracuyá. Lo que no ha cambiado nada es la férrea pasión de los argentinos por los sabores tradicionales. Un estudio de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA) demuestra que:

-89%: tiene al dulce de leche como helado de cabecera

-42%: elige  alguna de las variedades de  chocolate

-28%: prefiere los refrescantes  helados frutales