Las aguas minerales más caras y exclusivas del mundo

Botellas cubiertas con oro de 24 quilates, con diseños adornados de cristales Swarovski, selladas por coronas y únicamente en luna llena. Aguas de glaciar derretido, de manantiales finlandeses, filtradas por el granito de las montañas de Rokko. Dentro de un exclusivo circuito de clientes y sibaritas, una simple ración de estas aguas minerales puede llegar a costar unos 20.000 pesos argentinos. La lista es un paseo por la superficie del planeta.

El ranking está encabezado de lejos por la Beverly Hills 9OH2O Diamond Edition, de su Luxury Collection, de la cual solo existen 9 unidades. Su agua proviene de los manantiales del norte de California, y su botella, con una tapa de oro blanco e incrustaciones de oro de 14 quilates, fue diseñada por el joyero Mario Padilla. Cuesta unos 120.000 dólares.

La sigue el Acqua di Cristallo en tributo a Modigliani, cuyo envase está cubierto con oro de 24 quilates y basado en obras del legendario artista italiano. Su cotización en el mercado escala a los 60.000 dólares.

Bastante más económica, la Fillico Jewelry Water es una marca de la región japonesa de Kobe que viene adornada con cristales ­Swarovski y puede adquirirse en diferentes diseños limitados.

Directamente obtenida de las montañas de la zona, esta agua se filtra naturalmente a través del granito y ­contiene una gran cantidad de oxígeno. Esta Fillico puede costar hasta 200 euros.

Vendida por la célebre tienda Harrods, la edición limitada de agua Svalbardi se cosecha por tonelada de hielo desde aguas derretidas de témpanos que luego son transportadas con un rompehielos. A lo largo de cada año, Svalbardi realiza dos expediciones para obtener su materia prima y colecta unas 15 toneladas por viaje. El costo de cada botella, en este caso, ronda los 80 euros.

Rica en magnesio, el agua Roi de Eslovenia (50 euros) solamente puede ser ingerida de forma moderada. Bling H2O es una marca de los Estados Unidos cuyo producto es purificado unas nueve veces antes de su embotellado final, adornado como una botella de champaña y etiquetado alrededor de los 50 dólares.

Sin embargo, acaso la mejor historia venga desde España. Desde el año 852, Pineo es un agua mineral artesiana (es decir que no es succionada por bombas, sino que brota espontáneamente) de los Pirineos que solo es embotellada durante las noches de luna llena.