Ciencia

“Las vacunas funcionan muy bien si la mayor parte de la población se inmuniza”

Diario Hoy dialogó con Víctor Romanowski, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología, investigador del Conicet y docente en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata.

La luz al final del túnel”, esa frase tan repetida durante meses, ahora sí parece estar muy cerca. Las vacunas contra el coronavirus se encuentran próximas a aplicarse en algunos países, y la esperanza ahora está más firme que nunca. En diálogo con diario Hoy, el investigador superior del Conicet Víctor Romanowski, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología, dio sus opiniones al respecto.

—¿Cuál es la situación hoy para Argentina?

—Nuestro país va a utilizar vacunas basadas en conceptos novedosos y, a la vez, más efectivos a la hora de desa­rrollar una nueva vacuna para un patógeno emergente. Estas vacunas utilizan plataformas totalmente nuevas, como la de mRNA (Pfizer, Janssen, Moderna, CureVac), o probadas experimentalmente durante décadas, como en el caso de los adenovirus no replicativos (aquí se usarán la “Sputnik V” y “la de Oxford”). Estos virus se han modificado para no causar ningún problema de salud, conservan una alta eficiencia en la inyección de material genético en las células. Son como cápsulas, de fabricación barata y descartable, que ­funcionan para entregar la información que les permite a las células del vacunado producir la proteína antigénica S y desencadenar la respuesta inmune. Así, el organismo se encuentra “armado” para enfrentar un eventual ingreso del SARS-CoV-2 e impide su replicación o, en el peor de los casos, disminuye sus chances de infectar más células y causar una enfermedad con síntomas graves.

Ninguna de estas vacunas posee la capacidad de modificar nuestro material genético, un fantasma que pretenden instalar algunas usinas de noticias falsas.

—Se habla mucho de la cadena de frío, ¿cómo es el mecanismo con respecto a ese tema?

—Sobre logística, debemos considerar dos aspectos: la disponibilidad de dosis de vacunas y la conservación de las vacunas de acuerdo a la cadena de frío.

El primer aspecto ha sido atendi­do por nuestro país al recurrir a acuerdos globales y bilaterales para acceder a un mayor número de dosis en un tiempo más corto.

El segundo aspecto no es un impedimento grave. La vacuna más cerca­na es la de Pfizer, y requiere una ­conservación en ultrafrío (freezer de -80 °C). Esto podría significar que se emplee preferentemente en grandes centros urbanos con mayor infraestructura. La vacuna “no se desvane­ce” en el momento de descongelamiento y puede utilizarse por lo menos durante unos cinco días para realizar las aplicaciones, conservándola en una heladera. Pfizer ha invertido en el montaje de una red de transporte y conservación que permite la distribución más allá de los centros urbanos mejor equipados. La compañía declaró que no ha realizado estudios de estabilidad exhaustivos y, hasta tener esos resultados, mantendrá la recomendación de conservar la vacuna a -80 °C. Su prioridad fue la selección de los ­candidatos vacunales.

En este contexto, las vacunas a base de adenovirus son más robustas, menos exigentes con respecto a la conservación en frío. Es posible man­tenerlas en un refrigerador (2 a 8 grados) durante, al menos, un mes. Más aún, el Instituto Gamaleya de Moscú también desarrolló una versión liofilizada (polvo seco) que pue­de conservarse por mucho más tiem­po y, al momento de empezar la campaña de vacunación, se puede re­constituir con el agregado de solución salina.

—¿Cuándo se comenzaría a vacunar en el país de manera continua?

—La información disponible al día de hoy permite prever que las vacunaciones en el territorio argentino comenzarán a principios de enero de 2021. A fines de febrero se habrán vacunado los grupos de mayor ries­go: personal de salud y mayores de 65 años. Es muy probable que las vacunas que se usen incluyan tanto la “Sputnik V” como la de Pfizer en es­ta etapa. Hacia marzo o abril au­men­tará la disponibilidad de dosis, incluyendo la producción de la vacuna de Oxford-AstraZeneca por parte de mAbxience.

La disponibilidad será limitada y no es razonable pensar que alguien pueda elegir entre una u otra. En todo caso, este dilema se lo puede plantear la gente que no tiene suficiente información. Como la información es científico-técnica, es poco probable que pueda ser procesada por el ciudadano promedio, que deberá confiar en el juicio de expertos. Quienes comprendemos la ciencia detrás de estas vacunas no tenemos ninguna preferencia. Las va­cunas funcionan muy bien si la mayor parte de la población se inmuniza. Es un tema de conciencia de conjunto, no es un problema individual.

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