Los adolescentes en cuarentena: cómo atraviesan el aislamiento los jóvenes

Muchas veces se habla sobre los niños y los ancianos, pero los chicos entre 13 y 18 años quedan al margen de los análisis. Una especialista en salud mental analiza cómo pasan estos días lejos de sus amigos y tan cerca de sus padres.

iSn dudas el estallido de la pandemia y el aislamiento social, preventivo y obligatorio afectó a todos en la ciudad, en diferentes medidas. Diferenciando por grupos etarios, se ha estudiado la situación de los niños y los ancianos pero ¿qué pasa con los adolescentes que están hace 100 días en casa?
“Hay que evitar caer en generalizaciones. Si bien los efectos psicológicos del aislamiento pueden presentar similitudes en ellos, tendrá que ver con la singularidad de cada uno, con los recursos psicológicos con los que cuenten, el entorno familiar, las condiciones económicas y habitacionales de cada familia. Es importante tener en cuenta sus emociones, sus sentimientos, lo que tienen para decir”, señaló a diario Hoy la licenciada y profesora en Psicología, Érica Barrera.

En este sentido, la profesional señaló que los jóvenes entre los 13 y los 18 años comienzan a establecer diferentes vínculos con sus padres, sus referentes y sus grupos de pares o amigos, lo que se dificulta cuando están obligados a permanecer 24 horas en casa y el contacto con los amigos se limita a lo que permite la tecnología.

“Es un momento donde se reconfigura el vínculo con los padres y esto trae aparejadas situaciones de conflicto y la presencia parental constante se vuelve abrumadora para ellos. El adolescente necesita poner distancia y la imposibilidad de salir le genera molestias, sentimientos de invasión y a veces eso lo pone agresivo. Después viene la culpa y crece la ansiedad y la tristeza. Son edades en las que empiezan a adquirir autonomía y estos procesos se ven cortados por el aislamiento, es estar con los padres todo el tiempo”, marcó la profesional.

Cuidados entre todos

Poder comprender a los jóvenes es clave para mantener la armonía y también, claro, fortalecer los lazos familiares y de confianza, según marcó la especialista.

“El mayor padecimiento hoy es no poder estar cerca de los otros pares, tiene mucha importancia para ellos ser parte de un grupo. Ante la imposibilidad de contacto han habitado muy bien la virtualidad, pero no es lo mismo la pantalla que el cara a cara. Aunque se intente compensar no alcanza y pueden surgir sentimientos de soledad y tristeza. El no poder relacionarse en espacios físicos con sus amigos les pesa, hacen referencia a estar tristes o desilusionados por no poder transitar las fiestas, los cumpleaños de 15, el último año del colegio, visitar las universidades, disfrutar de los viajes de egresados y otras actividades que tenían planeadas”, dijo.

“Los adultos tenemos que acompañar, pero no sostener demasiado altas las expectativas y las exigencias, sobre todo teniendo en cuenta este contexto tan particular y no poner trabas por los horarios que manejan los chicos, que son diferentes a los nuestros. Tenemos que llevarles tranquilidad”, concluyó la profesional.

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