Los elixires de eterna juventud

El oro se utilizó desde tiempos inmemoriales en el tratamiento de enfermedades.

Luis XII bebía para recuperar sus fuerzas grandes cantidades de oro potable que le preparaban los alquimistas de su corte. La lista de elixires de eterna juventud elaborados a base de este metal es interminable. Por extraño que parezca, en aquellos tiempos de venturosa credulidad, los boticarios vendían oro en sus tiendas igual que los orfebres. A fin de aprovechar debidamente todas sus inestimables cualidades, se ensayaban los más desaforados procedimientos para llevarlo al organismo humano. Los enfermos adinerados masticaban láminas y polvo de oro. No era raro echar en el puchero, por ejemplo, un trozo del dorado metal con objeto de que el caldo no sólo fuera sustancioso, sino también vivificante.

Lo curioso es que la utilización del dorado metal como remedio no ha cesado y ha llegado hasta nuestros días, con el nombre de crisoterapia.

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