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De la masividad al olvido

Mazo de la Roche llegó a ser mundialmente famosa por los 16 libros que componen la saga de los Whiteoak. Vendía millones de ejemplares, hoy no está ni en las mesas de saldo.

Tras una infancia feliz en parajes que luego evocaría en sus novelas, Mazo de la Roche perdió a sus padres y se dedicó a escribir para ganarse la vida: publicó así Los exploradores del alba y Posesión, de las cuales gustaron, sobre todo, las descripciones de los ambientes campesinos y una serie de narraciones que intentaron rivalizar con Charles Dickens. Tales obras no le reportaron ni éxito ni fortuna. No obstante, en 1827, Jalna le valió la celebridad y la enriqueció de repente; dio título a la obra la propiedad de los Whiteoaks, en el Ontario. Los personajes se repitieron luego en una serie de novelas bastante populares, como lo demostró la innumerable cantidad de traducciones.

Mazo de la Roche, cuyo nombre real era Mazo Louise Roche, nació en Newmarket (Ontario), en 1879. Fue la única hija única de un matrimonio que se mudaba periódicamente por el precario estado de salud de su madre y a la profesión de su padre, comerciante. Más tarde, pero cuando aún era pequeña, su prima Caroline Clement se fue a vivir con ellos, un hecho que cambió el rumbo de su existencia. En aquel momento no lo imaginaba, pero no se volvieron a separar hasta el día de su muerte. De hecho, en 1930 adoptaron a los dos hijos de unos amigos fallecidos en un accidente, algo sorprendente en una época en la que no era habitual que una mujer soltera pudiese realizar dicho trámite.

Comenzó a escribir a los nueve años y a los 12 ya había publicado su primer cuento en una revista. Desde entonces, siguió firmando en la prensa de manera periódica y forjando relaciones con el mundo editorial. El mercado editorial en inglés de América del Norte estaba dominado por los escritores estadounidenses. Que la temática de sus libros fuese meramente romántica tampoco ayudó.

A partir de Jalna, la escritora pudo dedicarse a tejer el universo de los Whiteoak, una familia numerosa asentada en el campo de Ontario. Su lugar de residencia es la casa llamada Jalna -de ahí el título- que construyeron los abuelos del clan, el capitán Philip Whitehorse y Adeline Court, al llegar a Canadá desde la India. Al inicio de la saga, la abuela aún sigue viva con 99 años, un dato crucial ya que es la que decide quién será el heredero. la escritora describe cómo es la casa en la que vive la familia y a sus miembros. La malvada abuela, los tíos que llegaron a la madurez sin oficio ni beneficio y los hermanos, cada uno con una marcada personalidad: el responsable, la soltera abnegada, el obstinado, el torpe y el travieso niño pequeño.

La serie vendió más de once millones de ejemplares, se tradujo a decenas de idiomas y fue llevada al cine y a la televisión. Con la publicación de Jalna (1927), su autora se convirtió en la primera mujer en recibir el sustancioso premio otorgado por la revista estadounidense The Atlantic Monthly, que la consagraría en adelante como una verdadera celebridad literaria. Muchos de los pilares que sustentan la historia de los Whiteoak se repiten en otra de las más exitosas sagas familiares recientes: la de los Cazalet, mencionada antes por la editora. Firmada por Elizabeth Jane Howard, está compuesta por cinco títulos a través de los que se desarrolla la historia de esa familia británica desde la década de los 30 hasta los 50 del siglo pasado. El primer volumen de las Crónicas de los Cazalet, Los tiempos ligeros, se publicó en 1990 y los tres siguientes -Tiempo de espera, Confusión y Un tiempo nuevo- fueron saliendo durante el siguiente lustro. En 2013, la escritora regresó con la última entrega de la pentalogía, Todo cambia, para alegría de sus millones de seguidores. Siruela las ha publicado todas traducidas al castellano por Celia Montolío y Raquel García Rojas.

Mazo de la Roche murió a los 82 años en Toronto y fue enterrada en St. George's Anglican Church en Sutton (Ontario).

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