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Luis Salinas: la vida con cuerdas de guitarra

Es considerado uno de los mayores guitarristas del mundo. El sábado próximo estará actuando en nuestra ciudad, acompañado por varios músicos locales.

Más de veinte discos y cinco DVD editados, siete premios Gardel, un Konex, dos nominaciones al Grammy Latino. Compartió grabaciones y escenario en distintas partes del mundo con B.B. King, Paco de Lucía, Tomatito, Mercedes Sosa, Diego el Cigala, Luis Alberto Spinetta y Rubén Juarez, entre otros. Son apenas algunos datos que permiten confirmar el sólido prestigio internacional alcanzado por Luis Salinas, un artista popular que jamás olvidó sus orígenes humildes en Monte Grande.

Lo primero que tocó en una guitarra fue chamamé. Se acercó a la música estimulado por su padre y su padrastro, ambos músicos. Su madre siempre le recordaba que sus juguetes siempre estaban desparramados por toda la casa y que el único que siempre permanecía en su lugar, como un tótem, era una guitarra de juguete. Aprendió solo a tocar la guitarra, desarrolló esa condición natural incorporando una técnica aprendida de los únicos maestros que tuvo: los discos. Imitando a los guitarristas que admiraba terminó acuñando un estilo propio, único, que nace no de una búsqueda obsesiva de originalidad, sino de la necesidad profunda de transmitir ese mundo propio que todo artista lleva dentro y que busca su propia manera de ser expresado.

A los veintisiete años recién pudo comprar su primera guitarra. Tuvo que trabajar de sodero, empleado en un frigorífico, tapicero, y cosechador de hongos en una fábrica para poder juntar el dinero necesario para tener el instrumento. Hasta entonces solo tocó guitarras prestadas; pero Luis Salinas supo convertir esa carencia en una formidable ventaja, familiarizándose con los instrumentos más disímiles, y descubrió una certeza que desde entonces no lo abandonaría: la guitarra es el guitarrista.

En casa de la recientemente fallecida Egle Martin pudo conocer desde adentro un mundo del cual inmediatamente se sintió parte: “Ella me enseñó muchas cosas sobre el arte en general. Me decía que era muy importante ver imágenes mientras uno tocaba, que no fueran solamente las notas. Me hizo conocer a Horacio Salgán, Adolfo Ábalos. Un día fui a acompañarla a ella en Bossa Nova y se me cortó la cuarta cuerda de la guitarra, y yo seguí tocando. Había dos personas sentadas adelante que fueron testigos, y se codeaban comentando la situación. Esas dos personas eran Horacio Salgán y Ubaldo de Lío. Salgán le pidió a Egle conocerme. Hicimos una reunión en casa de Egle, y me dijo: A usted le regalaron un campo. No a cualquiera le regalan un campo. Y al campo hay que sembrarlo”

Su carrera internacional comenzó cuando grabó en Estados Unidos dos discos –Salinas y Rosario-, producidos por Tommy LiPuma –el mismo que produjo discos de Al Jarreau y Miles Davis-. Comenzaron a lloverle elogios de algunos de los nombres más encumbrados de la música internacional, entre otros, Chick Corea, Baden Powell, Raimundo Amador y George Benson –quien lo distinguió como “uno de mis guitarristas favoritos”-.

Fue invitado a Cuba a instancias de Chucho Valdés –con quien compartió un recital ante 30.000 personas- y quien dijo de él: “No creo que en el mundo haya dos guitarristas que toquen tan bien y conozcan el instrumento como Luis Salinas”. Fue jurado en el Festival de La Habana junto a Michel Legrand.

La inolvidable Mercedes Sosa calificó de extraordinaria la habilidad de Salinas “de plasmar la música de nuestros compositores en su guitarra, la hondura de su canto en la interpretación de las obras de nuestros poetas. Es una alegría inmensa escuchar su voz de tipo abolerado –en el mejor sentido del término-, por la sutileza e intimismo de su canto”.

Tiene dos hijos: Rita, histriónica y siempre inquieta; y Juan, el mayor, quien ya ha demostrado sobre los escenarios que es un guitarrista capaz de irle a la zaga a su padre. Un hombre que cultiva un perfil bajo y que conserva sus hábitos cotidianos para defenderse de los llamados alienantes de la fama. Maneja su propia agenda y sus propios tiempos.

En la ciudad

El próximo sábado, 10 de septiembre, a partir de las 21 horas, el músico Luis Salinas estará presentándose en el Teatro Coliseo Podestá de nuestra ciudad.

Lo hará acompañado por su hijo Juan, y músicos platenses de la talla de Rubén Duca, Quique Roca, Néstor Gómez y Omar Gómez.

Será una inmejorable oportunidad de confirmar que Luis Salinas es el hombre que enamoró definitivamente a todas las guitarras.

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