Coronel Suárez

Murió una persona por rabia después de 13 años sin casos

Se trata de una mujer de 33 años. La veterinaria Nuria Esteban aseguró a diario Hoy que “la rabia está controlada con vacuna, pero no erradicada”.

El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires informó que una mujer de 33 años murió por rabia en el partido bonaerense de Coronel Suárez. Si bien el fallecimiento ocurrió el último 13 de mayo, el análisis postmorten de los tejidos determinó que la causa del deceso fue rabia humana.

Según confirmó la cartera sanitaria, la mujer “había consultado al servicio de salud el pasado 18 de abril por debilidad en miembros superiores y alteración de la sensibilidad. En los días posteriores se agregaron otros síntomas, llegando al estado de coma. Fueron sus familiares quienes refirieron un antecedente de mordedura por un felino no doméstico (asilvestrado) a principios del mes de marzo que no habría sido objeto de consulta por parte de la paciente en el momento”.

Se trata de la primera víctima de esta enfermedad en más de una década, ya que la última muerte de una persona registrada hasta ahora en la Argentina por rabia se había producido en 2008, es decir 13 años atrás, en la provincia de Jujuy.

Consultada por diario Hoy, la médica veterinaria Nuria Esteban (MP: 14378) precisó que en el país “la rabia está controlada con vacuna, pero no erradicada. Por este motivo es necesario volver a vacunar” a los animales domésticos todos los años. La clave, explicó, es la “revacunación anual, privada en veterinarias o gratuita en zoonosis y lugares de campaña”.

La rabia es una enfermedad zoonótica causada por el virus de la rabia, y se transmite al ser humano a través de saliva de animales infectados, tanto domésticos (principalmente perros y gatos) como animales silvestres (murciélagos, zorros, zorrillo).

Generalmente, explicó la especialista platense, “el virus entra al cuerpo por una mordedura o arañazo profundo. Ingresa a los nervios periféricos o se replica en los miositos (células musculares) y se propaga a terminales de nervios motores. Al estar afectados estos nervios, las personas tienen movimientos raros o parálisis y salivación”.

“Es muy común que los murciélagos contagiados estén en el piso de día y sin poder volar. Estos llaman la atención a los gatos y, como el gato no caza de una sino que primero juega con su presa, ahí el murciélago los muerde o se contagia el felino. Después ese felino, jugando, nos puede transmitir la enfermedad. Pero todo es evitable si está vacunado”, aclaró.

El caso de Coronel Suárez encendió las alarmas sanitarias en un contexto difícil. No obstante, a fines de garantizar el desarrollo de acciones sanitarias de prevención y control, el Ministerio de Salud provincial aprobó el protocolo para los centros de zoonosis que establece la vacunación antirrábica de caninos y felinos como actividad sanitaria prioritaria, por lo que aún en el actual contexto de pandemia tendrá continuidad.

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