“Rendir virtualmente fue una locura”

Diario Hoy dialogó con Charo Morencos, la platense que participó en las Olimpíadas Internacionales de Matemática, en Rusia. La delegación argentina obtuvo una medalla de oro y dos de bronce.

El equipo que representó a la Argentina en las Olimpíadas Internacionales de Matemática (IMO 2020) en Rusia obtuvo una medalla de oro, dos de bronce y dos menciones honoríficas. En esta oportunidad, el certamen se desarrolló de forma virtual, por la pandemia.

Entre los participantes se destaca una joven de nuestra ciudad, Charo Morencos, que, junto a Bruno Ziger, Matías Raimundez, Julián Cabrera, Lucas Sandleris y Lisandro Acuña, tuvieron un desempeño en la competencia que merece las felicitaciones y la admiración de todo el país.

“Rendir virtualmente fue una locura”, le contó a diario Hoy Charo, quien tiene 17 años y cursa el último año en el colegio San Simón, de nuestra ciudad. Empezó a competir cuando estaba en quinto grado, que es el momento en el que se puede comenzar a concursar.

“Empecé porque tenía bastante facilidad con la Matemática. Me fue relativamente bien, llegué a la instancia nacional, y al año siguiente decidí empezar a prepararme con un entrenador particular”, expresó.

El camino que recorrió para formar parte del campeonato mundial destinado a estudiantes de secundaria, y que se desarrolla anualmente en un país distinto, no fue nada fácil. “Tuve como unos años de frustración, de no querer estudiar. No tenía ganas. Fueron transcurriendo los años y por suerte no dejé”, confesó.

La joven recalcó el rol de sus compañeros en su decisión por continuar. “Cuando sos un poco más grande, en segundo de secundaria, pasás de los que son la Olimpíada Ñandú, que son para los más chiquitos, a la Olimpíada Matemática Argentina (OMA), y ahí fue cuando me hice un grupo de amigos enorme y como que dije: Esto sí es para mí. Es un ambiente increíble, está lleno de personas asombrosas, admirables”, señaló Charo.

Competencia
Las pruebas, que duran cuatro horas y media, fueron el 21 y 22 de este mes en la biblioteca del Parque de la Estación, en Almagro. Ahí no se puede hablar, y los participantes todo el tiempo permanecen ­mo­nitoreados.

“Nos alojamos dos días en un hotel allá porque rendíamos a las 8.30 de la mañana. Me alojé con mi papá, y nos dieron, por ejemplo, un cartel con una foto y nuestro nombre, y 15 minutos antes de la prueba teníamos que pasar por dos cámaras para que desde Rusia comprobaran que éramos nosotros”, contó Charo.

Por otro lado, la joven estudiante remarcó que considera fundamental darle importancia a la poca participación femenina. “Aproximadamente el diez por ciento de las personas que vamos a la olimpíada mundial somos mujeres, y este porcentaje no aumenta de forma significativa nunca, eso es algo que hay que empezar a cambiar”, apuntó.

Consultada sobre su futuro, sentenció: “Yo no quiero estudiar una carrera de puramente números y cosas teóricas que no las pueda sacar del papel. Entonces, es por ello que descarté carreras como Física y Matemática, y estoy muy metida en asuntos ambientales, así que voy a estudiar Ingeniería Química en la UNLP y me quiero especializar u orientar mi carrera hacia asuntos ambientales”.

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