Se acercan las fiestas y alertan sobre el efecto de la pirotecnia en los animales

La experta en pequeños animales, Alicia del Amo, contó a diario Hoy cómo proteger a las mascotas. Además, dijo que confía en que las generaciones futuras tendrán más conciencia sobre el bienestar animal

Entre los lugares comunes que tiene diciembre, los fuegos artificiales están a la cabeza del ranking. A menos de 10 días para la Nochebuena, diario Hoy conversó con Alicia del Amo, médica veterinaria y profesora de la cátedra Clínica de Pequeños Animales de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP, acerca de los mitos y verdades que hay en torno a los fuegos artificiales y las mascotas.

—¿Cómo afecta la pirotecnia a los animales domésticos?

—No todas las mascotas sufren de la misma manera. Hay cuestiones individuales y no se puede generalizar pero se calcula que afecta a la mitad de los animales: lo padecen, se asustan mucho, se estresan, expresan trastornos de ansiedad frente a cosas que no entienden, como los ruidos de la pirotecnia. Una situación análoga se da con las tormentas. Como son animales de madriguera tratan de ocultarse. Frente al estímulo que los asusta buscan refugio, ocultarse debajo de la cama o la mesa.

—¿Los afecta físicamente o solo les genera miedo?

—En algunos casos, sí: pueden llegar a tener trastornos orgánicos frente al miedo como, por ejemplo, taquicardia. Además, tienen muchísima más sensibilidad a los sonidos que nosotros. Realmente, un estímulo de estas características es más intenso para ellos. Por otra parte, es un mito que puedan llegar a perder la audición; algo que no daña el tímpano de una persona tampoco va a dañar el tímpano de las mascotas. En este aspecto, el riesgo no es tal.

—¿Se pueden acostumbrar a la pirotecnia?

—Sí, se pueden acostumbrar. Por ejemplo, la raza de perro pointer, generada tradicionalmente para cazar, son perros entrenados desde chicos para tolerar la detonación de una escopeta. Por suerte, cada vez está más en de-suso la práctica de cazar. Pero los pointer son entrenados para no alterarse ni inhibirse ante ese ruido. En concreto, el entrenamiento ayuda a soportar el sonido. Para que el estímulo de las Fiestas, que es excepcional, no les haga mal a nuestras mascotas en caso de tener que dejarlos solos, una de las sugerencias es colocarlos en un ambiente cerrado y poner música relajante, a un volumen alto que pueda competir con el sonido de la pirotecnia. La música va a tranquilizarlos y va a competir con los estruendos. Los últimos años, Animal Planet hizo una programación con música especial para el 24 y el 31, inclusive con imágenes. Hoy por hoy podemos encontrar esa música en Youtube. Otra cosa que también suele usarse es el consumo de algún tranquilizante, siempre y cuando la mascota sea particularmente sensible porque, insisto, para todas las mascotas no es igual. Siempre es preferible practicarlo con antelación, saber qué efecto le hace y qué dosis es la adecuada. Es una práctica segura; no se trata de una anestesia sino de un tranquilizante.

—¿Considera que año a año hay más conciencia sobre el tema?

—Sí, la gente está tomando cada vez más conciencia sobre el bienestar animal en general. El ser humano va avanzando en esto de respetar a las demás especies animales. La idea es no sentirse superior, respetar otras formas de vida tan dignas como la nuestra.

—¿Cree que hacen falta campañas de prevención o se trata de algo que está en nuestra idiosincrasia?

—Creo que pasa por las sociedades. Porque campañas hay. Las sociedades se miden por el respeto hacia los animales. Sociológicamente hay formas de ver cuán educadas son las sociedades de acuerdo a cómo tratan a los animales. Cuánta educación tienen las personas es directamente proporcional a cuánto respetan a los demás animales. Y digo los demás animales porque nosotros también somos animales.

Noticias Relacionadas