Ciencia

Un fotógrafo nada con los predadores

Amos Nachoum retrata a tiburones y osos polares sin utilizar una jaula de seguridad. De esa forma sus fotos consiguen una perspectiva única.

Quería mostrar en una imagen lo que supone lidiar con el Gran Blanco”, cuenta Amos Naouchum, el fotógrafo israelí. “Si no los provocamos, si no los importunamos, podemos estar con ellos pacíficamente”. Durante los últimos 45 años, Nachoum se lanzó a las aguas decidido a retratar a los grandes predadores sin utilizar jaula de seguridad como protección. Así, sus fotografías de tiburones blancos, osos polares, orcas, anacondas y cocodrilos del Nilo lograron mostrar a algunas de las criaturas más temidas de la Tierra desde una perspectiva única.

Amos Nachoum nació en 1950, en las inmediaciones de Tel Aviv. A los doce años halló una vieja cámara en el almacén de su padre y, a los catorce, dejó su casa para vivir y trabajar con los pescadores locales. En el ejercicio de ese oficio aprendió a bucear, entonces, espontáneamente comenzaron a unirse sus dos pasiones: la fotografía y la vida en el mar. Hizo el servicio militar, luchó en la guerra árabe-israelí de 1973 y, traumatizado por la violencia, viajó a los Estados Unidos en busca de su sueño. Así, después de conducir un taxi y ganarse la vida con trabajos ocasionales, consiguió una cámara submarina y se lanzó en busca de las grandes criaturas.

El gran sueño de su vida, que su padre calificó de misión suicida, era fotografiar a un oso polar en el agua. En la primavera del año 2000 se dirigió al Ártico y, con la ayuda de un guía inuit, avistó un oso polar macho y se lanzó al agua. El oso lo persiguió y sobrevivió de milagro. Cinco años después, en el marco del rodaje de un documental, logró cumplir su sueño. Avistó una madre osa con sus dos cachorros. “Se acercaban cada vez más y directamente hacia nosotros”, recuerda. “Me quité el regulador de la boca, sonreí, me volví a poner el regulador y me sumergí”.

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