De noche es absolutamente sorprendente.
El pequeño país tiene una breve historia, pero muy singular: solo 50 años de existencia y un golpe de Estado. En el año 1971, Catar dejó de ser protectorado británico, mantuvo su condición de emirato, y desde entonces vivió un solo sobresalto, que sucedió en el año 1995 cuando el jeque Hamad al Thani, impaciente por heredar al trono, depuso a su padre, Jalifa bin Hamad al Thani, quien se encontraba de vacaciones. Pero en 2013 abdicó en favor de su hijo, Tamim bin Hamad Al Thani, actual gobernante de 42 años.
Catar tiene la misma superficie de Jamaica, además de una población similar a la de un barrio de Capital Federal, pero con algunas ventajas: es el país con mayor renta per cápita del mundo. Además de petróleo, posee la tercera mayor reserva mundial de gas natural. Su economía es de “altos ingresos” según el Banco Mundial y no es dato menor que tiene el control total de sus recursos naturales. Según se evaluó, en los últimos 70 años “pasó de la Edad Media a la Moderna”.
Su población está cerca de los 2.000.000 de personas, pero apenas 250.000 son ciudadanos cataríes; el resto son extranjeros que trabajan allí. Es decir, apenas supera a los vecinos de Palermo, unos 225.000 según el último registro. También, en Catar hay 331 argentinos, según el cónsul Manuel Paz. Durante el Mundial se esperan muchísimas personas de nuestro país, además de fanáticos de nuestra selección y de Lionel Messi. Los argentinos están segundos en pedido de entradas para el certamen.