Una monja, símbolo de la lucha popular en Myanmar
El país asiático tuvo su “momento Tiananmen” cuando la religiosa se detuvo en plena calle y enfrentó a las fuerzas de seguridad. “Mátenme, por favor”, un ruego que se hizo viral.
Una nueva jornada de represión tuvo lugar con policías y militares abroquelados en Rangún, la capital, y otras ciudades. La situación en Myanmar (Birmania), donde una junta militar se hizo con el poder el primer día de febrero, entregó ayer una imagen que se volvió viral: la de una monja que se arrodilló sola en medio de la calle, frente a las fuerzas del régimen y rogó que la mataran, porque no soportaba seguir viendo cómo asesinaban a la gente.
Se trata de la hermana Ann Roza Un Tawng, quien durante una manifestación salvajemente reprimida por la policía y los militares, el 28 de febrero, en Myitkyina, avanzó hacia los efectivos para rogarles que dejaran de golpear y arrestar a la gente. Como no lo hicieron, se arrodilló y llorando, les rogó: “Mátenme, por favor”.
“Pensé que era mejor si moría yo, en vez de muchas otras personas”, explicó la monja. “Estaba pensando en todas las almas caídas en el país. Me preocupaba lo que iba a ocurrirle a la gente de Myitikyina.”
El video que muestra esos instantes se hizo viral ayer y muchos lo llaman el “momento Tiananmen” de Myanmar. Guarda similitud con el incidente registrado en Tiananmen, China, en 1989, cuando un hombre se paró frente a la fila de tanques que avanzaban por la calle para reprimir una protesta popular multitudinaria, con la intención de no dejarlos pasar. El video que muestra al hombre (no identificado) bloqueando el paso de los tanques, aun cuando intentan cambiar de rumbo para sortearlo, se convirtió en una de las imágenes más famosas del siglo XX. Testigos presenciales afirmaron que hubo muchas otras personas que también se enfrentaron a los tanques pero no fueron grabadas en video ni fotografiadas.
El golpe de Estado en Myanmar sigue generando protestas populares a lo largo del país. La policía y los militares ya mataron a más de 50 personas. La junta golpista, que mantiene detenidos al presidente electo Wyn Myint y a la líder popular y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, enfrenta la resistencia del pueblo en las calles y en Internet, y la oposición de un gobierno paralelo designado por un comité de diputados que no llegaron a asumir, además del repudio internacional.