A confesión de partes, relevo de pruebas

Ayer, en La Rioja, el gobernador bonaerense elogió a Menem. “Jamás dejé de respetarlo y de tenerle cariño”, afirmó. En la misma jornada, Kicillof aventuró cómo sería una presidencia de Scioli: "pensamos seguir haciendo más de lo mismo"

Un ataque de sincericidio tuvieron ayer algunos de los principales representantes del Frente para la Victoria.

La nota principal, sin duda, la dio el gobernador Daniel Scioli. Durante una visita  a La Rioja, en momentos en que desde la Casa Rosada Cristina Kirchner encabezaba la cadena nacional número 27º en lo que va del año, el mandatario provincial y candidato a presidente del oficialismo decidió blanquear lo que durante mucho tiempo fue un secreto a voces. Concretamente, reconoció la estrecha amistad que lo une con Carlos Saúl Menem, uno de los personajes más corruptos de la historia democrática de nuestro país, cuyas políticas de entrega y vaciamiento instrumentadas durante su gobierno dejaron a la Argentina sumida en la pobreza y en el subdesarrollo extremo.

"Si me permiten, quiero compartir algo personal que me ocurrió en el día de ayer (por el martes), porque en la vida es de bien nacido ser agradecido. Llamé para saludar y para contarle que hoy (por ayer) venía a La Rioja al hombre que me dio la oportunidad y que creyó en mí para ingresar a la política", dijo Scioli, en referencia a Menem. Y agregó: “Pero jamás dejé de respetar y de tener un cariño por el doctor Carlos Menem, que me pidió especialmente que salude al pueblo riojano".

En rigor, Scioli también puso blanco sobre negro que Menem es parte del kirchnerismo. De hecho, el polémico ex presidente, desde su banca de senador, ha respaldado todos los proyectos de ley impulsados por el kirchnerismo. No es para menos: Menem está sentado allí por obra y gracias de los K. Es decir, es el gobierno nacional el que garantiza que el ex presidente tenga fueros y no esté tras las rejas antes los graves casos de corrupción que cometió durante sus dos presidencias en los años ´90, cuando Néstor Kirchner era un gobernador fervientemente menemista.

La otra nota de la jornada la dio Axel Kicillof, el ministro preferido de Cristina Kirchner, quien también tuvo un sincericidio que le puede jugar en contra al propio Daniel Scioli. Concretamente, un día después de que el candidato presidencial del oficialismo decidiera concurrir al Merval para dar un mensaje positivo para los mercados, Kicillof salió a destruir la estrategia sciolista. "Pensamos seguir haciendo más de lo mismo", dijo al responder una pregunta sobre cómo será la política económica después del 10 de diciembre.

Las declaraciones del ministro de Economía se produjeron durante un almuerzo con más de 500 empresarios que fue organizado por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICYP). Rodeado por las principales figuras del llamado Grupo de los Seis, Kicillof afirmó: "Con el plan liberal del Estado Cero volvemos a la banquina".

"Si este modelo continúa, no va a estallar ninguna bomba. Lo que viene es una fase de continuidad del proceso de industrialización con inclusión", agregó Kicillof. Habrá que ver qué entiende el funcionario K respecto a la palabra “industrialización”, cuando el gobierno nacional viene destruyendo el aparato productivo, socavando el empleo genuino y alimentando como nunca antes el clientelismo político. Como era de esperar, las palabras del ministro de Economía no pasaron desapercibidas. Se sentó en una mesa junto con el titular de la Asociación de Bancos (Adeba), Jorge Brito, el de la Unión Industrial de la Argentina (UIA), Héctor Méndez, el de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, el de la Cámara de Comercio, Carlos De la Vega, y el de la Construcción, Juan Chediak. También estuvo el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, el petrolero Carlos Bulgheroni, y el presidente de IRSA, Eduardo Elsztain.

Seguramente, cuando Scioli se enteró de las declaraciones de Kicillof, se quedó mascando bronca.

Otra cadena de falsedades

Los argentinos, una vez más, ayer tuvieron que soportar una cadena nacional de Cristina Kirchner, donde volvió a pronunciar una serie de falsedades que realmente no resisten el menor análisis. Junto a ella se sentó el candidato a jefe de gobierno porteño, Mariano Recalde.

"Yo no tengo vacas ni campo, pero lucho como si fuera una ganadera", afirmó en uno de los pasajes de sus discursos. Los productores agropecuarios, a lo largo y ancho del país, no lo podían creer. Durante la era K, producto de las políticas llevadas adelante por el gobierno K, el stock vacuno tiene aproximadamente 7 millones de cabezas ganado menos de lo que había en 2005/06, antes del cierre de exportaciones y el congelamiento de precios de la hacienda en pie, que rigió durante cuatro años. A eso se le sumó la quiebra de cientos de frigoríficos a lo largo y ancho del país, y el aumento sistemático de los precios de los cortes de carne de consumo masivo.

En su discurso de ayer, además, la presidenta habló de que supuestamente se recuperó la venta de autos. La realidad es bien diferente: ayer mismo, la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) informó que los patentamientos de vehículos 0 km, cayeron 17 por ciento durante el primer semestre, en comparación contra igual lapso de 2014. Es decir, 315.514 unidades contra 382.700 vehículos.