A favor y en contra, las repercusiones tras la apertura de importaciones

En algunos sectores todavía se muestran con cautela, como es el caso de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

En la jornada del martes, luego del anuncio de la apertura de importaciones para los alimentos, distintos referentes de sectores productores y empresarios salieron a hablar y brindar sus opiniones sobre el posible escenario que se puede dar a partir del cambio que impulsó el Ejecutivo y que generó un gran revuelo.

En algunos sectores todavía se muestran con cautela, como es el caso de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que, en diálogo con diario Hoy, confirmaron: “Por el momento preferimos no opinar al respecto”, sin embargo, algunas otras áreas sí alzaron su voz al conocer la medida.

En el caso de la Federación Porcina Argentina, quien habló fue el director ejecutivo, Agustín Seijas, que consideró que “la decisión del Gobierno de abrir las importaciones ofreciendo ciertos beneficios a diferentes alimentos, entre los que se encuentra la carne de cerdo, representa una grave preocupación para el sector porcino en la Argentina”.

“Esta medida, sin duda, tendrá un impacto negativo en nuestra industria, desgastando aún más la rentabilidad de los productores locales y poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo”, dijo el hombre.

Asimismo, enojado con la situación, sentenció: “Actualmente, la carne de cerdo a nivel producción se encuentra barata, con un precio que ronda los 1050 $/kg, con lo cual despierta la preocupación de pensar a cuánto más la quieren bajar”.

“Es fundamental que se tomen medidas para proteger y fortalecer la producción porcina nacional, garantizando condiciones equitativas para todos los actores del sector”, enfatizó el hombre.

Por su parte, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) manifestó: “Si las condiciones macroeconómicas están en orden y alineadas con ­Brasil, no nos preocupa, porque hay oferta permanente y abundante”.

“Nuestra productividad está bien y los costos que manejamos están a la par de los costos mundiales, tenemos un mercado internacional abierto. No veo problemas en ese sentido. No somos nosotros los responsables de la inflación que pueda darse”, remarcó.

En tanto, el presidente del ­Centro Azucarero Argentino, Jorge Feijóo, también en diálogo con diario Hoy dijo que “no sabemos cómo es en el caso de otros productos, pero no debe aplicar al azúcar porque en los últimos seis meses (setiembre 23 – febrero 24), el precio de la bolsa de 50 kg, que es la que abastece la industria, cayó un 12 % en términos nominales, frente a un IPC que tuvo un incremento del 108 % en el mismo período”.

Vale recordar que esta posible situación de preocupación de todos los sectores ya había sido adelantada por Camilo Kahale, titular de la Federación Económica de la ­Provincia de Buenos Aires, quien, en noviembre del 2023, se preguntó: “Si abre las importaciones, ¿de dónde salen los dólares para comprar los insumos si dijo que no hay plata?”.

Las voces de la política

Si bien hasta el cierre de esta edición no fueron muchos los referentes políticos que salieron a opinar sobre este escenario, algunos, un poco más críticos, no pudieron esperar y cruzaron fuertemente al gobierno de Milei.

Este es el caso del referente de Principios y Valores, Guillermo Moreno, quien señaló: “Si tenemos que importar alimentos, apaguemos la luz”.

El dirigente calificó la medida como algo “estúpido” y analizó: “Si Argentina tiene que importar autos vamos a discutirlo, si tenemos que importar cohetes también, pero si hay que importar alimentos es algo que no podemos discutir, yo pensé que era joda”.

“Este es un gobierno de imbéciles, es un gobierno que no entiende ni revisa su sueldo, se aumentaron el sueldo tres meses atrás y no miran la cuenta sueldo, se enteraron por los diarios, no se puede esperar más nada, y ahora quieren importar alimentos, esto es cualquier cosa, no lo puedo creer”, cerró indignado.

Quien también cuestionó esto fue el abogado y apoderado del Frente Patriota, César Biondini, que manifestó: “La importación de alimentos en un país productor de alimentos no solo es un crimen y un acto que destruye miles de puestos de trabajo, sino también un gran negociado del régimen. ¿A quiénes se les va a comprar y por qué? Muchos van a terminar presos cuando concluya esta locura”.

Por su parte, el director del Instituto Consenso Federal, Topo Rodríguez, manifestó: “La vieja receta de agilizar y desgravar el ingreso de alimentos importados, con la ilusión de bajar su precio, es un instrumento fracasado en la historia económica argentina”.

“Las grandes compañías ali­men­ticias terminan siendo las grandes importadoras, reducen ­costos operativos, despiden personal y mantienen precios altos. Se perjudican los consumidores, los trabajadores y el entramado federal de pequeños productores en todo el país”, concluyó el hombre.

Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, defendió con uñas y dientes la medida y consideró: “Hay que dar un empujoncito para que puedan negociar con los productores, forzar la competencia. Este momento lo amerita. La gente está haciendo un esfuerzo y si los precios no reflejan un nivel razonable, no está bueno. No es en todos los productos sino canasta básica”.

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