Aborto: la realidad nunca estuvo tan alejada de la verdad

Hoy es un día clave en la historia de nuestro país: la Cámara de Senadores discute la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo (IVE),  ya con media sanción en Diputados.

A pesar de que ya fue votada la “preferencia con o sin dictamen” para el proyecto en cuestión, los legisladores que se oponen a la ley podrían reclamar la habilitación del tratamiento por los dos tercios de los votos. 

La duración depende del acuerdo al que arriben los senadores, aunque se espera que la votación se produzca durante la madrugada de mañana, tal como ocurrió en la Cámara Baja. 

En nuestro país, el aborto es la principal causa individual de mortalidad materna. Pero no sólo eso: golpea, sobre todo, a los sectores más vulnerables de la sociedad.

 Nunca la realidad fue tan cruel con la verdad. Sin embargo, esto no es un juego de palabras.  Las mujeres que piden por la despenalización y legalización del aborto se olvidaron de algo importante: no hay ninguna mujer, de las que abortan en condiciones peligrosas, representada en ellas. 

Las que más lo padecen son aquellas que viven en asentamientos, tienen muchos hijos que no tienen acceso ni siquiera a una alimentación decente ni mucho menos a un sistema de salud que los contenga.  Cuando las necesidades básicas de las mujeres y de sus hijos no están protegidas, lo demás es una farsa.  Como diría el pensador, escritor y político argentino Arturo Jauretche: “tilingas, señoras gordas”.