Cresta Roja y una crisis estructural

El conflicto con la empresa avícola se habría destrabado luego de que el Gobierno provincial aceptara otorgar a la firma un subsidio de $3,5 millones por día. Los operarios mantendrán cortes hasta que se firme un convenio

Cristina Kirchner termina su mandato pulverizando la industria frigorífica bovina, pero también concurre al funeral de la industria avícola. Por las defectuosas decisiones económicas,  los productores de carne y  pollos se vieron perjudicados por achatamiento de los precios, el aumentó las retenciones y el cierre a las exportaciones, por lo que se produjo el cierre de 136 frigoríficos y el despido de 21.000 trabajadores.

En este contexto hay que ubicar la desesperante situación que padecen en la actualidad cerca de 5000 trabajadores de la empresa avícola Cresta Roja,  del Grupo Rasic Hermanos.

Los operarios y sus familias viven en vilo, y ante el anuncio de más de 600 despidos y la posibilidad cierta del cierre definitivo de la empresa, desde el lunes los empleados decidieron protagonizar piquetes en las inmediaciones de las plantas de Ezeiza y Esteban Echeverría.

El conflicto se incrementó y el gobierno bonaerense, con las mejores intenciones, intervino para destrabar la situación. Pero lo que pasó en las primeras horas de ayer fue un papelón. Mientras el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, salió a hablar públicamente para confirmar que la empresa había quebrado y dejado a 1500 operarios en la calle, desde el gobierno de Daniel Scioli anunciaban un acuerdo de salvataje para Cresta Roja y su medio millar de trabajadores.

El cortocircuito entre Provincia y Nación no fue lo único que complicó la situación ayer. Es que en la cadena de producción avícola intervienen trabajadores afiliados a cinco sindicatos, y a pesar de que los referentes de cada uno de los gremios habían cerrado un acuerdo con la empresa y el ministerio de Trabajo bonaerense, uno de ellos, al comunicar lo resuelto a las bases, ésta lo rechazó y las plantas no pudieron volver a la producción.

La propuesta original de la empresa fue reincorporar a los más de 600 despedidos y  pagar la deuda salarial. Pero las condiciones generaron descontento. Es que la quincena que adeudaban más el aguinaldo lo pagarían en tres cuotas y se anunció la reducción de  la jornada laboral en una hora y media por día, por lo que el recorte de sueldos sería del 22%.

Desde el sindicato de la Alimentación (STIA) rechazaron la oferta y se profundizaron los cortes en inmediaciones de las plantas de Cresta Roja de Ezeiza y Esteban Echeverría, con quema de cubiertas y piquetes.

Sin embargo anoche hubo un principio de acuerdo, aunque restaba cerrarlo con las firmas de los actores sociales que intervinieron en las negociaciones. Uno de los delegados explicó que la nueva propuesta incluyó el depósito de la quincena entre mañana y pasado y el cobro del aguinaldo en dos cuotas el 10 y 30 de agosto. Además se volvería atrás la medida de reducción horaria.

Arduas negociaciones
En las acaloradas negociaciones en la ciudad de La Plata participaron el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, y los ministros de Seguridad, Alejandro Granados; Asuntos Agrarios, Alejandro Rodríguez, y Trabajo, Oscar Cuartango, los dueños de Cresta Roja y los gremios del sector, entre ellos, el sindicato de la Alimentación (STIA), la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) y Molineros.

Los funcionarios pusieron a disposición del Grupo Rasic "diferentes instrumentos" a través de la cartera laboral y del Banco Provincia, para que la firma continúe con sus operaciones en el sudoeste del Gran Buenos Aires. De hecho la empresa va a recibir 3,5 millones de pesos diarios de subsidio para comprar alimentos para los pollos.

Este suculento salvavidas lo arrojaron en medio de un gran maremoto. El gobierno nacional llevó a todas las economías regionales a una profunda crisis y para revertir esta situación se deben concretar cambios estructurales, los que de acuerdo a representantes de los chacareros son ajustar el tipo de cambio, rebajar sustancialmente las retenciones y presión tributaria, y que se deje de intervenir en forma negativa en el mercado.

El papelón de Carlos Tomada

El ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, dijo ayer a la mañana que estaba en negociaciones con el municipio de Esteban Echeverría para reubicar a al menos a 1.000 de los trabajadores cesantes de Cresta Roja. Además de afirmar que "uno de los establecimientos de la empresa avícola será comprado".

Luego le echó la culpa a los dueños de la entidad privada. "Cresta Roja tiene hace tiempo muchos problemas (financieros) y ha llegado a una situación terminal".

“Hay que desmentir lo que afirmó Tomada ya que en ningún momento la planta de San Miguel del Monte estuvo en venta ni hay gente despedida. Todo lo contrario, la gente está trabajando y colocando los huevos para que nazcan los pollitos. Parece que Tomada está fuera de foco. El grupo Rasic no vende ninguna empresa ni está en venta ninguna planta”, aseguró a Hoy, Silvio Etcheún, del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne y sus Derivados bonaerense (Sicgba).

“El gobierno nacional no se involucra para buscar soluciones. Y el cortocircuito generado por las contradicciones con la Provincia nos genera más conflicto para poder solucionar los problemas con los trabajadores”, señaló el gremialista.

Ajuste cambiario y menos retenciones e intervencionismo

Por Néstor Roulet (*)
Especial para Hoy

Al sector avícola le pasa lo mismo que a todas iniciativas relacionadas con el campo y  las economías regionales. El costo de producción en Argentina se ha incrementado de manera exponencial. El gasoil aumentó 174 % en dólares en los últimos diez años, cuando en Brasil fue del orden del 80%, Paraguay del 60 y en Estados Unidos del 35”.

El elevadísimo costo de producción provoca que no seamos competitivos a nivel internacional, entonces hay sobreoferta en el mercado interno y el precio es bajo.
El gobierno nacional nos llevó a esta crisis y debe tomar cartas en el asunto de forma urgente. Necesitamos un dólar mucho más competitivo, que suba al valor que corresponda. Estamos hablando de que la divisa, en su valor oficial, se eleve al mismo nivel de la inflación. Además hay que bajar la presión impositiva. Si se reduce un 10 por ciento de las retenciones la situación cambiaría. Y finalmente dejar de intervenir los mercados.

(*) Referente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA)