Efecto ginebra: el kirchnerismo está nervioso y ve fantasmas
Realmente, fue un verdadero papelón la actitud asumida ayer por el kirchnerismo al intentar apretar a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia denunciando, sin ningún tipo de fundamento, supuestas movidas destituyentes. Semejante acusación sólo pueden ser producto de las extrañas elucubraciones que se tejen en las mentes alocadas que rodean a la Presidenta.
En ese escenario, no fue casualidad que haya sido el diputado Carlos Kunkel, el que ayer llevó la voz cantante. Se trata de un auténtico patotero y provocador, que ni siquiera tiene la caballerosidad de respetar a las mujeres, de ahí el recordado golpe que le propinó una diputada por sus agresiones verbales.
Solamente una persona que se desayuna con ginebra puede creer que el máximo tribunal del país, por el simple hecho de extender una medida cautelar en la disputa por la ley de Medios o por reclamarle al Gobierno que no dilate el pago de la actualización de haberes que le corresponde a los miles de jubilados que están cobrando salarios de hambre, incurre en lo que Kunkel denominó “un golpe institucional”.
De hecho, las Corte se ha caracterizado por tener una actitud sumamente contemplativa con el Poder Ejecutivo. Ha tolerado que, durante años, se viole sistemáticamente la jurisprudencia que el propio tribunal había establecido, que contempla reconocerles a los jubilados el derecho a que se actualicen sus haberes en función de lo que aportaron durante toda una vida de trabajo.
La Corte tampoco ha hecho mucho para se efectivicen otros fallos, como aquel que ordena al Estado avanzar con la limpieza de la cuenca Matanza-Riachuelo, y las distintas sentencias que dispusieron que los gobiernos no deben discriminar, en función de las líneas editoriales de los medios, cuando definen la distribución de la publicidad oficial.
En el propio seno de la Corte, además, también anida el kirchnerismo. El más claro exponente es Eugenio Zaffaroni, un personaje seriamente cuestionado en su moralidad, luego de que se conociera que en varias de sus propiedades se ejercía la prostitución y la trata de blancas.
Zaffaroni, que fue el único cortesano que avaló la estrategia del Gobierno de recusar que debían expedirse sobre 10 mil causas previsionales, en las últimas semanas ha profundizado su exposición en actos K. Y no son pocos los que afirman que sería el cerebro de la estrategia jurídica que llevaría adelante la Casa Rosada para intentar reformar la Constitución en busca de que Cristina pueda presentarse para una nueva reelección, situación que es rechazada por la gran mayoría de los argentinos, incluyendo muchos de los que la votaron en los comicios presidenciales del año pasado.
El kirchnerismo se está encerrando, cada vez de forma más marcada, en su propia soberbia. Es un gobierno con fecha de vencimiento en diciembre de 2015 y el panorama de cara a las elecciones legislativas del año que viene se le está complicando de sobremanera, lo que lleva a que varios de sus aplaudidores y obsecuentes se estén poniendo visiblemente nerviosos.