Ruta del dinero K

El valijero platense prendió el ventilador

Leonardo Fariña habló durante más de 12 horas con el juez federal Sebastián Casanello. Afirmó que Lázaro Báez era testaferro de Néstor Kirchner e involucró a CFK, Julio De Vido y Carlos Zannini, entre otros exfuncionarios y empresarios. Ordenaron una serie de allanamientos. Pidió protección

El platense Leonardo Fariña protagonizó ayer una hermética y extensa declaración ante el juez federal Sebastián Casanello, la que se extendió por más de 12 horas, en el marco de la causa por lavado de dinero que tiene detenido al empresario kirchnerista Lázaro Báez.

En medio de la indagatoria, el magistrado reimplementó el secreto de sumario y ordenó allanamientos. Es que el “valijero” Fariña “prendió el ventilador” y afirmó que Báez era testaferro de Néstor Kirchner y mencionó como participantes del circuito de corrupción a Cristina Kirchner, Julio De Vido y Carlos Zannini, entre otros exfuncionarios y empresarios.

“Fariña aportó direcciones, fechas y horarios de reuniones, números de teléfonos y datos precisos de las operatorias de lavado de dinero. Es una bomba”, explicó una fuente judicial.

Fariña, detenido desde 2014 en una causa por evasión, ingresó en el despacho de Casanello en el cuarto piso de los tribunales de Comodoro Py poco antes de las 11 de ayer y pasadas las 23 fue trasladado de nuevo a la cárcel de Ezeiza.

Según trascendió, presentó  mails, papeles y hasta pasajes de vuelo para referirse a la investigación de lavado de dinero en la financiera “La Rosadita”.

De esta manera, se habría acogido a la figura del arrepentido para que la Justicia le reduzca la pena o lo exima de prisión en caso de que el juez federal lo encuentre culpable. Para eso, el imputado primero debió brindar información útil, precisa y comprobable en la causa conocida como “La ruta del dinero K”.

Además, a poco de ser llevado ante el juez Casanello, esposado y con una camiseta celeste de mangas cortas, Fariña pidió que se lo incluyera en la ley que en agosto de 2003 creó el “Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, destinado a la ejecución de las medidas que preserven la seguridad de imputados y testigos que se encontraren en una situación de peligro para su vida o integridad física, que hubieran colaborado de modo trascendente y eficiente en una investigación judicial de competencia federal”.

Allanamientos y secuestros

La reacción judicial fue casi inmediata. Mientras se producía la indagatoria, efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PAS) realizaron una serie de allanamientos en oficinas de Puerto Madero por orden del juez Casanello y habrían secuestrado documentos y material informático en la Supertintendencia de Seguros y el Ministerio de Transporte y en una multinacional del rubro de los seguros en Puerto Madero.

Fariña ya cumplió dos años detenido en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza por la imputación en otra causa, y no sería el único protagonista de la "Ruta del dinero K" en mostrarse como arrepentido ante la Justicia. Es que Federico Elaskar y el propio Lázaro Báez apuntarían "para arriba".

Para una de las fuentes en Comodoro Py, "Fariña habló de sus negocios y hasta contó que tuvo trato con Néstor (Kirchner). Dio detalles de encunetros con él y Cristina en la quinta de Olivos y hasta ofreció que analicen la antena de su celular para demostrar sus dichos”.

Ante esta situación, la legisladora Paula Oliveto Lago, de la Coalición Cívica, le pidió al gobierno que “cuiden a Fariña” y “le den domiciliaria”. 

Para Oliveto Lago, mano derecha de Elisa Carrió, “el Servicio Penitenciario sigue cooptado por gente de Aníbal Fernández, pido que no amedrenten a Fariña”, imploró.

La “Ley del Arrepentido”

La figura del arrepentido está contemplada actualmente en causas relacionadas con los delitos de lavado de dinero, narcotráfico, tráfico de personas y terrorismo. Y consiste en contar todo lo que sabe de la causa a cambio de recibir beneficios por parte de la Justicia, como puede ser la reducción de la pena

La causa por la que declaró Fariña es resonante debido a los vínculos societarios que tiene Lázaro Báez con la familia Kirchner y, por eso también, cobró mayor expectativa los detalles que brindó el detenido.

El exesposo de la modelo Karina Jelinek fue el impulsor de este expediente al contar ante las cámaras de televisión el presunto mecanismo para lavar dinero del empresario dueño de Austral Construcciones y otras firmas que crecieron durante los doce años de gobierno kirchnerista.

El perfil de un contador polémico 

La vida del platense Leonardo Fariña, involucrado en el lavado de dinero de empresarios kirchneristas (más precisamente de Lázaro Báez), tiene múltiples aristas polémicas.

El testaferro del kirchnerismo nació en La Plata en 1986 y vivió en la zona de 68 entre 24 y 25. Su madre, Liliana Seguí, es  profesora de Historia del Colegio Nacional, el Bachillerato de Bellas Artes y el Colegio Sagrado Corazón-, y su padre, Jorge Manuel Fariña, declaró ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) tener como actividad principal la de servicios inmobiliarios. 

En 2004, ya como adolescente, Leonardo Fariña egresó del Colegio Nacional, donde su hermano, Juan Pablo, trabaja como preceptor. Solía jugar al fútbol con los amigos del barrio en el Parque Castelli.

Años más tarde, y con el título de contador público de la UNLP en su haber, este hincha de Velez -y simpatizante de Estudiantes- que todavía viajaba en colectivo vio cómo su realidad cambiaba un 100%. A partir del año 2010 empezó a figurar en las revistas del corazón por su romance con la modelo Karina Jelinek, con quien concretó una mediática boda en el lujoso Tattersall del barrio porteño de Palermo, en medio de una denuncia por supuesto “enriquecimiento ilícito”.

En ese entonces, Fariña no se privaba de absolutamente nada, alquilando aviones privados, comprando dos Ferrari, mudándose a barrio Parque y regalando joyas muy costosas de la prestigiosa firma Tiffany.  Pero todo se desmoronó en cuestión de meses cuando le “soltaron la mano”.

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