Garro es un mentiroso y un hipócrita
Garro hablando de libertad de prensa es como Jack el Destripador hablando de violencia de género.
Por el Ingeniero Marcelo Balcedo, Director del Diario Hoy.
La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales de nuestro sistema democrático, y no es un derecho individual, es un derecho colectivo. Es un derecho tanto para el comunicador como para la sociedad. El comunicador o el medio de comunicación tiene la posibilidad de expresar sus ideas y formar opinión de manera libre, y la sociedad en esa libertad tiene el derecho de elegir cómo y dónde informarse. Pero lo que sostiene este derecho es la pluralidad de voces, donde la libertad permite la expresión sin condicionamientos, sin miedo a represalias y, aunque hoy suene casi exagerado para la realidad de nuestro país, sin miedo a la muerte.
Seguramente para gran parte de la sociedad este derecho es algo natural. Los argentinos, después de los años más oscuros de nuestra historia, incorporamos la libertad de expresión como un derecho inviolable; no imaginamos nuestra realidad de otra manera.
Sin embargo, esto no es así. El terror por parte del Estado sigue existiendo, la represión a la libertad de expresión continúa vigente. Algunos funcionarios públicos siguen apegados a los métodos de la Dictadura militar; hoy no matan, pero sí buscan callar a quienes no opinan como ellos necesitan. Hoy ahogan económicamente, poniendo en riesgo a los medios de comunicación y sus periodistas.
En nuestra ciudad, el intendente Julio César Garro es uno de esos funcionarios que siguen aferrados a los viejos sistemas de la represión militar. Nadie puede olvidar al intendente diciendo “hay que poner la bala sobre la mesa” cuando planificaba cómo meter preso a Juan Pablo “Pata” Medina junto a su grupo de la Gestapo Antisindical.
Con los medios de prensa de la ciudad, Garro también pone “la bala sobre la mesa”. En este caso, “la bala” es la pauta publicitaria. Discrecionalmente el intendente reparte la pauta con los medios afines que apoyan sin miramientos la gestión municipal. ¿Qué pasa con los medios críticos a la gestión? No reciben nada. ¿Qué pasa si un medio que está recibiendo pauta por parte del Municipio tiene una opinión contraria en un tema? Deja de cobrar la pauta. Así es como asfixia económicamente a los medios de comunicación, así pone en riesgo el trabajo de los periodistas. Hay una larga historia de medios que han cerrado sus puertas por esta situación.
Es irónico ver en Twitter a Garro hablando de libertad de expresión, defendiendo a Viviana Canosa. Metiéndose en las decisiones que toma un medio con respecto a su línea editorial, que nada tiene que ver con la libertad de expresión. A las claras queda la hipocresía del intendente, que lo que realmente está defendiendo es a una periodista a la que le paga con recursos del Estado para hacer campaña política. Es mentira que defiende la libertad de expresión.
Este medio, el diario mas leído de la ciudad, y la Red 92, radio líder e indiscutida, reciben pauta municipal a pesar de Julio Garro. Hace casi una década que los dos medios están en la lista negra del Municipio por ser críticos e independientes del poder. La pauta recibida es producto de un largo camino judicial, donde cautelares y sentencias firmes obligan al Municipio a no discriminar a estos medios y otorgarles pauta para que sus lectores y oyentes tengan el derecho a informarse sobre la comunicación de la Comuna. Pese a eso, tal es el desprecio del intendente por este diario, la Red 92 y las decisiones de la Justicia que reiteradamente es intimado a su cumplimiento, llegando a tener que pagar multas por esos caprichosos incumplimientos con los recursos de la ciudad.
Parece que Julio Garro se niega a entender que los tiempos cambiaron, que se terminó el autoritarismo, que la política tiene que cumplir con la Justicia y que los recursos públicos deber ser administrados transparentemente. El intendente utiliza el dinero municipal como si fuese propio y no de los vecinos. Pauta con medios amigos, o peor aun, inventan sitios web solo para recaudar dinero ilegalmente.