La Iglesia volvió a pedir “políticas activas”

Nuevamente, el clero salió al cruce de las decisiones del Gobierno nacional y le exigió una respuesta inmediata para aliviar la situación de los más carenciados

En un contexto socioeconómico cada vez más crítico, especialmente para la gente de menores recursos, el subsecretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina (CAE), el sacerdote Pedro Brassesco, sostuvo que “más allá del diálogo, que es bienvenido”, la Iglesia pide “que no falten políticas que apunten directamente a paliar esta situación de urgencia que requiere una respuesta inmediata” por parte del Gobierno. 

El vocero de la CAE ratificó que “la Iglesia siempre va a apuntar a la opción preferencial por los pobres, para que toda política económica esté orientada a los que menos tienen”.

El religioso remarcó que la realidad concreta se ve en las parroquias donde es “mucha gente la que viene a pedir alimento” y eso muestra que “se debe a que realmente hay una realidad básica subyacente” que “se viene notando desde hace ya unos años, pero vemos que este incremento se ha dado en los últimos tiempos”.

Por otro lado, Brassesco explicó que la situación, según lo que el Gobierno dice, se puede revertir, pero hay que tener en cuenta que las políticas deberán producir el efecto social y el cambio que se está pidiendo, y “hasta que eso no se vea, la realidad es esa”. 

Sobre la mesa de diálogo, compuesta por empresarios, sindicalistas y líderes de la Iglesia, sostuvo que el Gobierno se muestra dispuesto a hablar, pero explicó que “desde sectores sindicales lo que han expresado es que a veces es casi un diálogo de sordos”. 

En este marco, el referente de la CAE resaltó que un diálogo tiene que implicar avanzar en concreto en políticas especificas y a veces lo que ocurre en estos contextos es que, si bien se escucha, no se concretiza en acciones. 

Por su parte, el sacerdote apuntó que en los últimos días ha observado que entre el Gobierno y el gremialismo ha existido una puja para exponer públicamente las pretensiones e intereses, “tal vez para condicionar a la otra parte, condicionar al mismo diálogo”. Ante eso, advirtió que “no hace bien que se vaya ejerciendo presión desde afuera, desde la opinión pública, desde hacer declaraciones públicas, sino que lo que se necesita es sentarse las veces que sean necesarias para escucharse y ponerse de acuerdo”.

Por último, se refirió a la relación del Papa con el Episcopado argentino y sostuvo que los obispos y demás integrantes quedaron muy contentos luego de la reunión formal que tuvieron con Francisco el pasado 17 de octubre, después de la canonización del Cura Brochero. 

“Me comentaron que lo vieron al Papa muy cordial, muy afable, preocupado por poder conversar diversas situaciones de la Iglesia argentina y demás”, finalizó Brassesco. 

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