La Provincia recibió a monseñor Fernández y prometió revisar las limitaciones al culto

El arzobispo platense se reunió con el jefe del Gabinete provincial, Carlos Bianco, que se comprometió a analizar las medidas. La Iglesia argumenta que los actos religiosos requieren “poca interacción” entre los fieles.

El arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, que había criticado duramente las restricciones al culto religioso establecidas por el gobierno de la provincia de Buenos Aires como parte de las medidas para contener la propagación del coronavirus SARS-CoV-2 y atenuar los contagios de Covid-19 en el marco de la segunda ola de la pandemia de esta enfermedad, se reunió ayer con el jefe del Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, quien se comprometió a realizar “un nuevo análisis” del tema y a considerar modificaciones a estas limitaciones.

Fue “una conversación amable”, según la definición del Arzobispado, que informó que “Tucho” Fernández estuvo acompañado por los obispos de Chascomús, Carlos Malfa, y de Morón, Jorge Vázquez. Por parte del gobierno de Axel Kicillof estuvieron presentes Carlos Bianco y el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque.

En La Plata y otros distritos que se encuentran en fase 2 en la escala sanitaria establecida por la Provincia rige una limitación que provocó el enojo de las autoridades eclesiásticas: aun en las misas al aire libre, solo se permite que participe un máximo de diez personas.

Una carta con críticas

En una carta dirigida a la jefatura de Gabinete provincial, el arzobispo platense había considerado que esto era “muy abusivo y completamente desproporcionado”. Y consideró: “Nos parece extraño que se considere un culto religioso más peligroso que una actividad deportiva”.

“Se ignora un hecho constatable: la Misa es un acto muy estático. La gente no se mueve, no hablan entre sí, no se tocan, no hay interacción. La única interacción que existía era el saludo de la paz que se ha quitado. En un partido de futbol, en cambio, hay contacto, cercanía interpersonal, se tocan, se gritan, se respiran encima, y los riesgos son claramente diferentes”, arguyó monseñor Fernández en su misiva. “Si se quiere obrar de manera realmente razonable y científica, entonces lo racional sería distinguir los actos de culto de otros tipos de reuniones, y habilitar un número mayor de personas que haga que la norma sea realmente practicable.”

En un breve comunicado, varios obispos del Gran Buenos Aires, donde también imperan las citadas restricciones, solicitaron formalmente que el gobierno los citara para dialogar sobre el tema. Bianco los convocó y ayer se concretó la reunión.

El Gobierno dispuesto a escuchar

En el cónclave, el líder religioso platense reiteró sus argumentos. Planteó que los actos de culto “tienen características tan diferentes a los actos deportivos o de esparcimiento, que se vuelve indispensable analizarlos separadamente”, y que al requerir “poca inte-racción” entre los asistentes, presentan menores riesgos de contagio.

Los obispos consideraron que, si se recategorizan los actos religiosos separadamente de otras actividades, como las deportivas, “sería posible establecer medidas proporcionadas” que permitan una congregación mayor de asistentes a las misas y otras ceremonias del culto católico. También pidieron que se considere autorizar ritos dentro de los templos, ahora que llegaron las bajas temperaturas.

Bianco “acogió positivamente los planteos y prometió realizar un nuevo análisis” teniendo en cuenta los argumentos de los representantes de la Iglesia católica, informó el Arzobispado.

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