Macri y el “curro” de la política antiderechos

El expresidente continúa siendo fiel a ese discurso que lo hizo llegar a la Casa Rosada en 2015 y que, junto a los distintos miembros del PRO, se encarga de reproducir en cada presentación.

Fiel a su estilo y a su ideología, que sigue siendo la misma que lo llevó a ganar las elecciones allá por 2015, el expresidente Mauricio Macri reapareció en la escena pública esta semana y volvió a generar controversia. Una vez más, el líder de la oposición habló con desprecio sobre los derechos ­humanos, y se refirió a esto como un “curro”.

Fue en la presentación de su libro en Rosario, donde el ingeniero expresó: “Respeto los derechos humanos, pero los derechos humanos del siglo XXI. Que la gente tenga acceso a oportunidades, esos son los derechos por los cuales tengo que pelear”, y profundizó: “No aquellos que yo llamé el curro de los derechos humanos, de seguir viviendo después de más de 40 años de una tragedia que los argentinos vivimos”.

Desde el peronismo no tardaron en poner el grito en el cielo, y el primero en salir al cruce fue el ministro del Interior, Wado de Pedro, quien manifestó: “No entiendo el curro de que te maten a tus viejos”.

Los dichos del funcionario contaron con el aval de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien sumó su adhesión al repudio compartiendo su hilo de Twitter.

Las políticas antiderechos que buscan retomar

Cuando asumió la presidencia en el año 2015, una de las primeras medidas que tomó, con la excusa de achicar el gasto público, fue la de dejar sin trabajo a una gran cantidad de empleados estatales. Al mismo tiempo, dio marcha atrás con nuevas contrataciones y renovaciones en varios ministerios y, además, la medida fue replicada por Gabriela Michetti en el Senado.

En ese marco, donde más se recortó fue en el Centro Cultural Kirchner (CCK); allí se dejó en la calle al 85% de los empleados, por ­considerar que se trataban de puestos innecesarios.

Los tarifazos no faltaron y, eliminando los millonarios subsidios a la energía, durante su primer año de gestión se incrementaron ­fuertemente las facturas de luz y gas en todo el país, generando con esto un gran problema en el bolsillo de todos los trabajadores, que comenzaron a tener graves dificultades económicas.

Con el correr de los meses el camino se fue haciendo cada vez más difícil de transitar para la mayor parte de la población y, sumado a esto, reapareció el Fondo Monetario Internacional para volver a poner condicionamientos al desarrollo del país y generando todavía más agravantes en el escenario económico de la Argentina.

Como resultado de una mala administración, el dólar pasó de valer 9,85 pesos a costar 70 pesos en el último año de la gestión de Macri, y eso se vio reflejado en una suba imparable de la inflación, que provocó también un gran crecimiento del porcentaje de pobreza, relegando así a millones de argentinos que se vieron obligados a renunciar al derecho a estudiar, y ni hablar del sueño de querer tener una casa propia, entre otras cosas.

Al crítico escenario de la economía se le sumó también la política del control y de la represión en las movilizaciones y reclamos populares. Sin ir más lejos, durante el macrismo se reprimió a docentes que un día de abril de 2017 instalaron un aula itinerante, al mejor estilo de la famosa Carpa Blanca de los 90, con el fin de pedir por un salario digno.

De aquella noche, que trajo a la mente de cientos de argentinos los recuerdos de las épocas más oscuras de nuestra historia, solo quedaron algunas fotos y el deseo de que nunca más se reprima el derecho a protestar.

Asimismo, como parte de la batería de medidas antiderechos de la gestión anterior, se encuentra también la detención de la líder de la agrupación Tupac Amaru, Milagro Sala, que quedó arrestada bajo la orden del aliado de Macri Gerardo Morales, acusada por los delitos de corrupción y de “instigación a cometer ilícitos”.

Hasta el día de hoy la mujer sigue privada de su libertad y ­continúa denunciando al gobierno de Jujuy asegurando que su detención es parte de una persecución política y judicial, y que le han ­quitado el derecho a manifestarse libremente.

Una alternativa no tan nueva

En este año electoral que ya comenzó, el escenario político muestra actualmente a un Mauricio Macri que pareciera que no competirá en ningún frente ­electoral, aunque eso no quiere decir que no tenga un rol importante en el armado de las listas ­opositoras, que están encabezadas por figuras políticas que representan la misma ideología que él llevó adelante en su gestión.

Las políticas arcaicas de ajuste y persecución que Juntos por el Cambio ya ha implementado cuando tuvo la oportunidad de gobernar son las mismas que hoy esgrimen los candidatos actuales y que se encuentran disfrazadas de nuevas propuestas.

Esto queda demostrado en cada discurso y en cada aparición de los líderes políticos como Mauricio Macri, quien sin escrúpulos saca a flamear su bandera antiderechos sin importar el lugar en el que esté o el momento de la historia en que lo diga.

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