PAUTA OFICIAL

Se hizo justicia

El diario Hoy, desde sus inicios, tuvo como bandera la defensa de la libertad de expresión. Hace décadas que peleamos por el fin del reparto arbitrario de la pauta oficial. Hoy, finalmente, con la sentencia definitiva de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, esta lucha parece llegar a su fin

El Diario Hoy en la Noticia fue discriminado desde su nacimiento por diferentes gobiernos municipales. Eso motivó el comienzo de un largo derrotero judicial que incluyó, en 2007, el inicio de una demanda por el reconocimiento del derecho de percibir pauta oficial.

En rigor, la batalla judicial de este periódico prácticamente se remonta a mediados de los años 90 cuando, a partir de un planteo realizado contra la Municipalidad de La Plata, los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que no formaban parte de la mayoría automática menemista emitieron un dictamen que sentó las bases para ponerle fin al manejo discrecional de la pauta oficial. Gracias a este pronunciamiento, distintos medios nacionales, provinciales y regionales lograron, años más tarde, fallos judiciales favorables a sus planteos.

En definitiva, la Justicia en distintas instancias nos reconoció el derecho a recibir publicidad oficial y hasta determinó en qué proporción debe otorgarse. Pero, en la práctica, las diferentes gestiones municipales lo ignoraron aduciendo los más absurdos argumentos. Ello nos obligó a seguir litigando, una y otra vez.
Pero ahora, con la sentencia definitiva de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, que dejó firme el fallo de primera instancia que hace lugar al reclamo del diario Hoy presentado en 2007, todo indica que esta historia de dilaciones llegó a su fin.

Teniendo en cuenta los coeficientes de actualización aplicados a la cifra reclamada al inicio de las acciones judiciales, este diario no debería cobrar menos de $12.000.000 de manera mensual.

Eso no es todo. Tan importante como la obligación impuesta de la Justicia al municipio es el reconocimiento que realizó a resarcirlo retroactivamente, desde 2007 a la actualidad, producto de todos los meses que fue discriminado. Ese resarcimiento cierra décadas de un accionar lamentable por parte de quienes nos han gobernado.

Sobre la libertad de expresión

Existen diferentes medios de comunicación, distintas maneras de hacer periodismo y diversas ideologías. A nivel organizacional, es la dirección de cada medio la que marca la línea editorial, la cual puede ser afín o no al gobierno de turno. Pero no por ello deja de ser más o menos objetiva.

A todos los ciudadanos y ciudadanas les asiste el derecho a informar y ser informados; a publicar sus ideas por la prensa sin censura previa. Son preceptos consagrados por la Constitución nacional y los pactos internacionales con jerarquía constitucional en nuestro país. Ahora bien, para que estos derechos puedan instrumentarse, y no sean una mera abstracción jurídica, se requiere la existencia de medios de comunicación.

A esta altura del partido, a casi 37 años del retorno a la democracia, estas cuestiones elementales de nuestro ordenamiento jurídico e institucional deberían estar claramente garantizadas. Pero, lamentablemente, la realidad es muy diferente.
Los medios no siempre gozamos ni podemos ejercer estos derechos. ¿Qué lo impide? Uno de los principales factores es la arbitrariedad de quienes, circunstancialmente, están a cargo de administrar los recursos del Estado destinados a hacer conocer y difundir cada uno de los actos de gobierno. Es decir, la denominada pauta oficial.

De la misma manera que cada medio tiene la libertad de reflejar la realidad desde su perspectiva editorial, al público le asiste el derecho de elegir el medio para informarse. Es parte del juego democrático. Así debería funcionar si tuviéramos instituciones consolidadas.

El manejo arbitrario de la pauta oficial es hoy el principal mecanismo de censura en la Argentina. Es una práctica extorsiva, permanente y sistemática, que utilizan distintos factores de poder para premiar o castigar, según corresponda, a los medios de comunicación.

Lamentablemente, pese a las decisiones judiciales, es común recibir llamados de funcionarios reclamando por una tapa o un artículo, donde ese reclamo termina siendo una amenaza. Esas amenazas son siempre iguales: “Les cortamos la pauta”.

El diario Hoy, desde sus inicios, tuvo como bandera la defensa de la libertad de expresión. Fuimos pioneros en la desregularización de la distribución de diarios y revistas en el país. Y hace décadas que peleamos por el fin del reparto arbitrario de la pauta oficial.

Por eso, cuando logramos conseguir la legitimación de estos derechos, no es un triunfo para nosotros. Es algo mucho más importante. Es la posibilidad de que todos los medios podamos trabajar en libertad, que la independencia no esté coartada por intereses políticos.

Desde que fundamos este diario hemos superado hasta lo imposible, y seguiremos transitando esta lucha por la libertad de expresión sin importar los obstáculos que nos pongan delante. La gente del diario Hoy jamás se rinde.

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