Verde que te quiero verde: el dólar sube sin control

La divisa norteamericana cerró pisando los $14 y parece no detenerse ante nada. Las causas son diversas, pero los economistas coinciden en que las medidas tomadas por el Gobierno nacional incentivaron las subas.

En los últimos días el dólar se ha convertido en otra de las piedras en el zapato kirchnerista. La divisa norteamericana volvió a arremeter con furia y su cotización se disparó sin control por segundo día consecutivo. Al aumento de poco más de 20 centavos registrado el miércoles, ayer se sumó un histórico incremento que marcó un nuevo récord nacional. Su valor trepó más de 50 centavos y en sólo algunas horas cerró en $13,95.

En tanto que la cotización oficial de la divisa también se vio afectada por el pico. En ese marco se produjo la segunda mayor devaluación en lo que va del año y la cotización oficial trepó 6,9 centavos, ubicándose en $8,40 para la venta. La suba significó un 0,84% respecto del día anterior, un 2,31% en el mes de agosto y un 28,83% en lo que va del año.

Los economistas coinciden en un punto clave para explicar la desorbitante suba de la moneda estadounidense: en Argentina faltan dólares y sobran pesos. La ecuación es sencilla, cuanto mayor es la demanda y menor es la oferta de divisas, mayor será el precio. Ese fenómeno, provocado por diversos factores, generaron las últimas subas del dólar y todavía lo empujan para seguir su camino cuesta arriba.

El doctor en economía por la Universidad de Columbia, Raúl Cuello, dialogó con Hoy y explicó que el panorama se presenta “muy comprometido”. De acuerdo al economista, el kirchnerismo no aprovechó la abundancia de dólares que generó, hasta hace pocos meses, la soja. “En una economía primarizada, que no produce bienes industriales; en la que no ingresan capitales físicos ni financieros; y en la que cada vez se exporta menos, el futuro no es nada bueno”, explicó el especialista.

La escasez de inversiones, la brutal caída de las exportaciones, las bajas tasas bancarias de interés, la desmedida emisión monetaria, la inflación y, por sobre todo, la desconfianza e incertidumbre económica alentada por las malas decisiones del Gobierno nacional conducido por Cristina Fernández de Kirchner, son un caldo de cultivo para la verde divisa, que no para de crecer.

“El dólar ha iniciado un recorrido para arriba cuya única forma de parar es con la implementación de un programa antiinflacionario creíble. Hay dos maneras de solucionar todo esto: una es civilizada, bajando la tasa de inflación y subiendo las tasas de interés; la otra, es la que implementó el Gobierno en enero, cuando generó una suba de 11 puntos en la tasas y devaluó cerca de un 12 por ciento en un solo día”, aseguró a Hoy el economista José Luis Espert, docente de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (Ucema).

Cuello sostuvo que el súbito incremento en el valor de la divisa es producto de “una economía fuera de control” y responsabilizó al kirchnerismo por lo ocurrido. “Entre enero y julio tuvimos unos seis meses de estabilidad, pero a la larga todo vuelve al principio. No hay soluciones reales al problema. Tenemos la segunda tasa de inflación del planeta, ese es el problema y contra eso es difícil ganar”, coincidió Espert.

Los últimos anuncios presidenciales en torno a la fallida negociación con los holdouts, no hicieron más que echar leña al fuego y avivar la crisis que atraviesa el país. Lejos de aportar tranquilidad y confianza a los mercados, las declaraciones dejaron más dudas que certezas e incentivaron la suba de la divisa. El diagnóstico es unánime entre los economistas: la divisa norteamericana seguirá subiendo.

Exportaciones, se buscan

“En Argentina faltan dólares”, repiten una y otra vez los especialistas. La escasez de divisas es uno de los principales problemas que aqueja al país y una de las razones fundamentales por las cuales su cotización sigue rompiendo récords. En ese marco la brutal caída de las exportaciones cumple un papel principal, ya que las remesas son la principal fuente de divisas.

Sólo entre enero y junio de este año ingresaron 4.144 millones de dólares menos que en el mismo período de 2013. Además, y pese a la caída de las importaciones, se espera que este año el superávit comercial continúe a la baja, cerrando en alrededor de los 6.500 millones de dólares, mucho menos que los 8.000 millones obtenidos en 2013 y los 12.500 millones anuales registrados en promedio entre 2009 y 2012.

En momentos en los que más se las necesita, las exportaciones escasean y lo más preocupante es que el fenómeno pareciera ser exclusivamente argentino. En el primer semestre del año las exportaciones argentinas cayeron nada menos que un 10%, pero en países como México, Uruguay y Paraguay, por ejemplo, se experimentaron subas del 4,2%, el 7,8% y el 12%, respectivamente.

Las razones son claras. Tras una década de pésimas decisiones políticas y económicas, en la que la bonanza financiera se desaprovechó y malversó indiscriminadamente; vastos sectores productivos enfrentan serios problemas de competitividad y presentan un bajo desarrollo relativo.

En ese marco el futuro es incierto y para nada alentador, en el que resultan esperables nuevas restricciones a las importaciones y un reforzamiento del fallido cepo cambiario. Mientras tanto, fiel a su estilo, el kirchnerismo continúa impulsando medidas destinadas al fracaso que no hacen más que incentivar la preocupante crisis que enfrenta el país.