Asaltaron local de repuestos de moto: “Estaban desesperados por la plata”

Así lo relató una de las dueñas del comercio, ubicado en 60 y 31. Tres sujetos, dos de ellos fuertemente armados, tomaron la recaudación y la golpearon en la cabeza para luego escapar

El mediodía del jueves, la voz cansada de Cecilia se sentía como un reflejo de lo que había vivido la noche anterior, detrás del mostrador del local Motorräder, en 60 y 31, tras atender a una pareja de clientes, los últimos  antes del cierre. Eran las siete y media de la tarde, y entonces dos jóvenes, uno de ellos morocho, de barba candado, armado con un revólver calibre .38, y el otro alto, con visera y una pistola plateada, irrumpieron a los gritos. 

“Pedían por la plata, estaban desesperados. A la pareja le robaron una mochila y los celulares. Abrí la caja recaudadora y la saqué de cuajo para dársela en la mano. Pero se ve que no esperaban encontrarse con el dinero que había, no cumplió su expectativa, porque uno de ellos me golpeó con el arma en la cabeza y me pidió que le diera más”, contó la dueña del lugar. 

El robo no se extendió por más de cinco minutos, pero “se vivió como si hubiera durado un montón. Fue muy violento, los chicos estaban desbordados”, siguió relatando la mujer, mientras a su alrededor sus hijas acomodaban los lubricantes, los guantes, las pinturas, los cascos y otros objetos. “Por suerte ellas no estaban presentes en el momento del hecho. Tampoco mi perro, que es un rottweiler, porque por los cortes de luz lo dejé en mi casa. No sé qué habría pasado si hubiera estado”, contó.

Luego de hacerse con la recaudación, los delincuentes abordaron a otro hombre, amigo de la propietaria, con quien estaba hablando del otro lado del mostrador cuando entraron al lugar. “Quisieron arrebatarle sus cosas, pero él no tenía más que papeles suyos. Entonces, para conformarlos, les dio una riñonera que estaba vacía, colgada de un gancho en la venta del local”.

Fue en ese entonces que un tercer asaltante, también joven,  “rubio, de bermudas y alto”, apareció en el comercio y saltó por encima del mostrador. El marido de la mujer que no se encontraba en el frente del lugar contó: “Estaba en el fondo haciendo otras cosas, y escuché ruidos extraños, entonces me acerqué hacia delante. Cuando quise ver qué pasaba, de repente me encontré con que un pibe me estaba mirando con el arma en la mano, pero sin apuntarme. Fue un segundo, donde pensé lo peor. No sé si se habrán asustado o qué, pero salieron corriendo hacia afuera”. 

Como el celular de uno de los clientes asaltados tenía la función del GPS activada, desde una computadora del comercio siguieron el rastro de los cacos unas cuadras, hasta que estos lo apagaron y se perdió la ubicación, cerca del Estadio Único. “Por suerte solo se llevaron la plata, fue tan rápido que ni siquiera les interesó la mercadería. Es la primera vez que nos roban en años. En la otra esquina, sobre 60, han sido habituales los asaltos en los comercios, pero esta zona venía bastante tranquila”, concluyó la damnificada. 

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