Crimen del adolescente en San Carlos

El joven de 18 años, que participó de la fiesta mortal en San Carlos, en la que mataron a su familiar de 16, declaró ante la fiscal de la causa. Por el momento sigue habiendo un único detenido.

Continúa la investigación por el brutal asesinato de Lautaro Ithurrart, el adolescente de 16 años ultimado de una puñalada en el tórax, en el marco de una fiesta clandestina que tuvo lugar la madrugada del domingo en San Carlos.

Tras la declaración el martes del único detenido que tiene la causa (se desligó del hecho), ayer fue el turno del hermano de la víctima, quien brindó su importante testimonio ante la titular de la Unidad Funcional de Instrucción número 2 en turno.

“Era peladito, no muy alto, robusto y tenía una remera amarilla que después se la fue a cambiar por una color gris”, dijo el joven de 18 años sobre el acusado. Agregó que “Lautaro en ningún momento se cayó y me dijo me dieron, me dieron. Y, mientras se iba a la esquina, se desvanecía. Los sujetos seguían haciéndonos la guerra”.

En otro punto, sobre los implicados en la pelea, comentó que “había uno que era alto y robusto y otro de contextura flaca, pelo color castaño y un poco alto. De verlo lo reconocería”. También aseveró que no conocía al dueño del lavadero donde se organizó el evento (convocado a través de las redes sociales), quien permanece detenido. Sí, dijo que lo vio con un arma blanca y con un “palo o fierro” en la otra mano.

“A la fiesta entramos todos y no nos sacaron nada porque no teníamos nada”, contó, y agregó que dentro solo tuvieron inconvenientes “con un grupo”.

Varios antecedentes

Tal como viene informando Trama Urbana, el asesinato tuvo lugar en 137 y 36, donde se desarrolló el evento clandestino en el taller de un hombre de 40 años con antecedentes penales por “robo calificado” en el 2005, “estafas reiteradas” en el 2014 y “amenazas agravadas” en el 2015. Por esto último, estuvo preso en la Unidad 32 de Florencio Varela.

Por causas a establecer, se inició una gresca que incluyó a más de 10 personas, entre adolescentes, jóvenes y adultos, y aunque la primera hipótesis indicó que se trató de un problema barrial, hasta el momento no fue confirmado.

En el medio del escándalo generalizado, Ithurrat recibió una puñalada a la altura del tórax que le quitó la vida poco después en el hospital Alejandro Korn de Melchor Romero.

Luego, 12 personas de entre 18 y 34 años fueron trasladadas a sede policial, y más tarde recuperaron la libertad, mientras que otras 14, entre ellas varios menores de edad, fueron identificadas.

El dueño del taller aseguró ante la fiscal que él “no manipulaba una cuchilla, sino una varilla de hierro”. Se declaró inocente del crimen e indicó quiénes fueron los verdaderos responsables. Además, sus abogados aportaron una serie de imágenes de cámaras de seguridad y relataron que se ve a su asistido ajeno a los hechos investigados. Como evidencia, sumaron que un testigo puntualizó que el asesino era alto, de pelo negro y ojos marrones, mientras que el acusado es de “ojos azules, gordo, petiso y calvo”.

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