Denunció un robo millonario

Una gestora aseguró que en un descuido le sacaron una cartera con 100.000 dólares y 30.000 pesos, en el barrio de La Loma

Una viuda de 83 años denunció que dos mujeres le robaron 100.000 dólares y 30.000 pesos que tenía dentro de una cartera luego de engañarla, durante la mañana de ayer en La Loma. 

“Eran ahorros que venía juntando desde 1980”, contó la víctima, una gestora identificada como Alcida Antonia. En la comisaría Undécima relató que fue a un local de comidas de 13 y 32 y después se prestó a volver a su casa de 529 entre 18 y 19. Pero en 14 y 32 se le acercó una chica de 18 años, “de pelo oscuro lacio”, que llorando le dijo que se llamaba Margarita, que estaba perdida y que se había escapado del convento Lourdes, en Flores, donde la tenían “cautiva”, la “maltrataban” y la obligaban a trabajar de “sirvienta”. Le pidió a la anciana si podía ir a su casa, para vivir con ella. 

Cuadras después, en 15 y 32, surgió otra mujer, de unos 50 años, “pelo rojizo corto y que aseguró llamarse Elena”, según consta en la denuncia a la que este medio tuvo acceso. Se presentó como conocida de Margarita y las tres llegaron hasta 17 y 32, donde Alcida ingresó al minimercado que allí funciona, para “comprarle un sándwich y un refresco” a la adolescente, que decía “sentirse mal”. 

La anciana entró al local y le dejó la cartera a Elena. Cuando salió con la compra, las implicadas ya no estaban. Adentro del bolso, detalló que tenía “100.000 dólares en fajos de diez mil y 30.000 pesos con la cinta del Banco Provincia de 5 entre 42 y 43, además de escrituras públicas”. 

Además, aseveró que otros 50.000 pesos se los había entregado, poco antes, a “un hombre que trabaja en el registro automotor”. 

Acerca de por qué tenía tal cantidad de efectivo, detalló que “eran sus ahorros” y aseveró que “nadie sabía que los tenía”. 

La Justicia investiga ahora el hecho y los agentes ya están buscando cámaras de seguridad en el trayecto que dijo hacer la denunciante, para verificar los hechos. 

Trama Urbana estuvo en el negocio de 17 y 32 y un trabajador de allí comentó: “Atendí a la mujer, aunque yo no llegué a notar nada extraño”. 

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