“Estamos en el far west, no se puede abrir la puerta para despedir a nadie”

La fiscal María Scarpino habló luego del robo que sufrió el mediodía del miércoles, tal como lo anticipó este diario. Visiblemente afectada, pidió un cambio “en la interpretación de las leyes” para combatir la inseguridad

En la puerta de su casa, ubicada en 45 entre 19 y 20, la fiscal María Scarpino, exesposa del exministro Julio Alak, aún no salía del asombro. Tras sufrir una entradera violenta el miércoles al mediodía, cuando fue sorprendida por dos delincuentes, uno de ellos armado, habló con este medio y dijo sentirse “con más bronca que miedo”. Con el recuerdo todavía intacto, la víctima relató que siente “mayor impotencia por el hecho de ser fiscal y conocer estos delitos de cerca”. 

“Hay cosas que se pueden hacer y no se hacen hace años. La gente dice: Entran por una puerta y salen por otra. Ahora los delincuentes ni siquiera entran. En la fiscalía lo vivimos constantemente, pedimos medidas y no nos hacen caso. Que como ciudadanos sintamos desprotección y desamparo ante un asalto es alarmante”, dijo. 

Además señaló: “Estos hechos siempre parece que le ocurren a otros, hasta que le ocurren a uno. Cuando me arrastraron de los pelos para buscar mis pertenencias, ahí comprendí lo difícil que es estar en esa situación”. 

“No soy partidaria de la mano dura ni mano en exceso ni de los militares, pero este es un país que así no va a salir adelante nunca. La sensación es que estamos en el far west (“lejano oeste”), no se puede abrir la puerta para despedir a nadie. Así estamos”, se lamentó la fiscal de Delitos Culposos de La Plata. Y agregó: “Hay que cambiar la interpretación de las leyes de otra forma. Por cualquier cosa que pasa, en otros países los detienen. Acá es imposible”.

Sobre el asalto, la funcionaria judicial de 54 años dio los siguientes detalles: “Yo estaba despidiendo a una persona que se iba a llevar mi auto para arreglar el aire acondicionado y vi a dos hombres que entraron a la carrera con un arma. Estaba sola, porque mis hijos están de vacaciones. Uno de ellos, el más corpulento, me agarró de los pelos y me preguntó por dinero y joyas. Me subieron de los pelos a la planta alta”, relató; y remarcó que tenía los dólares que poseía y las joyas “todos juntos” porque pensaba llevarlos pronto a una caja de un banco. 

“Entregué todo. Me encerraron en una habitación y, como gritaba, me tapaban la boca agarrándome la cara. Después revolvieron todo, incluso me sacaron la billetera de la cartera”, contó la fiscal, quien precisó que el robo duró quince minutos y luego se quejó por la lentitud en la llegada de un patrullero. “Pude apretar el botón de pánico, pero los policías recién vinieron a los veinte minutos”. 

“No fue al voleo”

Según Scarpino, los asaltantes no eran absolutos desconocidos. “Sabían que estaba sola en la casa, no preguntaron ni verificaron si había otras personas en la vivienda. Me encerraron junto con el hombre que se iba a llevar mi auto, pero a la que le preguntaban por las cosas era a mí. Estoy convencida de que ellos sabían que yo vivía acá”, señaló. 

De acuerdo a su hipótesis, el ilícito no fue azaroso: los malvivientes habrían tenido algún dato para alzarse con un botín calculado en 30.000 pesos, joyas y el teléfono celular de la víctima. 

Con los datos aportados por la fiscal se montó un operativo cerrojo que luego se profundizó por la zona, pero no dio resultados y, hasta el cierre de esta edición, los autores del ilícito se mantenían prófugos. 

Por el hecho intervinieron la comisaría Cuarta, la Jefatura Distrital Centro, la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) y la Jefatura Departamental La Plata, además de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) nº 9 de Autores Ignorados, que caratuló la causa como “robo calificado”. 

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