Excomisario, a juicio por presunto enriquecimiento ilícito

El imputado habría incrementado notablemente su patrimonio. Tenía un predio de 10 hectáreas, rodados y dinero en efectivo

El Tribunal Oral en lo Criminal nº 4 de La Plata comenzó ayer el juicio a Daniel Omar Carreiras, un excomisario de la Policía Bonaerense acusado de presunto enriquecimiento ilícito, imputación por la cual tuvo una orden de captura nacional e internacional en 2003.

Según la investigación llevada a cabo por el entonces fiscal Víctor Violini, el acusado falseó de forma maliciosa algunos datos que deberían haber sido incorporados en las declaraciones juradas firmadas en marzo de 1998, mayo de 2000 y abril de 2001. En esos documentos, el excomisario declaró como “terreno baldío” un predio que adquirió en la localidad bonaerense de Poblet, en las afueras de La Plata, cuando en realidad se trataba de diez hectáreas en las que tenía una vivienda con pileta y algunas vacas. 

Además, la Justicia habría comprobado que el exfuncionario poseía una camioneta 4x4 marca Toyota igual a la que tenía su esposa, una exsubcomisaria. En un posterior descargo administrativo, Carreiras reconoció esas omisiones. 

Tras la investigación, Violini consideró que el hombre era autor penalmente responsable de los delitos de “ocultamiento malicioso”, por no haber declarado oportunamente algunos de sus bienes, y de “enriquecimiento ilícito”, porque su patrimonio se incrementó en forma injustificada en al menos 41.631 pesos en 2003.

El exjefe policial, que ingresó en 1977 como cadete de la Escuela Juan Vucetich, “incrementó en forma apreciable su patrimonio” en el período que va desde el 11 de marzo de 1998 al 29 de junio de 2003, sostuvo Violini en aquel momento. Para el fiscal, el uniformado no pudo “justificar debidamente la procedencia de ese considerable incremento” ante el requerimiento efectuado el 15 de agosto de 2003.

Las sospechas surgieron cuando los investigadores notaron que el patrimonio de Carreiras no se condecía con el nivel de vida que llevaba. En aquellos años, el sueldo de un comisario de la Bonaerense rondaba entre los 2.000 y los 2.300 pesos, mientras que un subcomisario percibía entre 1.700 y 2.000 pesos. 

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