Millonario y planificado golpe en el country Grand Bell
Cuatro ladrones ingresaron a una casa y escaparon con una gran suma de dinero. Se sospecha del papel que tuvieron los encargados de la seguridad del club de campo.
Cuatro delincuentes perpetraron en las últimas horas un millonario y orquestado robo en una casa del club de campo Grand Bell, en la que llevaron a cabo una cinematográfica fuga con diferentes elementos de valor y dinero en efectivo, según informaron ayer fuentes policiales y judiciales.
El gravísimo suceso —que por el momento se mantiene impune y marca a las leguas la inseguridad con la que se vive desde hace un largo tiempo en nuestra ciudad y que este multimedio refleja a diario— tuvo lugar la noche del sábado en el reconocido country emplazado en City Bell, en momentos en que los propietarios del inmueble atacado se encontraban trabajando.
De acuerdo a los voceros consultados por Trama Urbana, todo se desarrolló entre las 19 y las 21.30, y la guardia de seguridad del establecimiento estaría involucrada, a juzgar por la pasividad que mostraron a la hora de hacer ingresar a los ladrones.
Estos se acercaron hasta el mencionado country alrededor de las 19, a bordo de un Peugeot 208 color gris, y enfilaron hacia el acceso de los propietarios y no de los invitados. La mujer que conducía el coche —que iba acompañada por tres hombres— quiso ingresar con una tarjeta como la que tienen los dueños, pero no pudo hacerlo al ser esta apócrifa, por lo que el sistema electrónico la rechazó y la barrera no se levantó, impidiéndole el paso.
Sin embargo, aprovechó la circunstancia del gran caudal de vehículos en fila que pretendía entrar al Grand Bell y el incesante trabajo de los encargados de la seguridad. Estos, para agilizar el acceso y evitar mayores demoras, levantaron negligentemente —o causalmente— la barrera, pese a que los integrantes del 208 no habían demostrado vivir allí. Una vez adentro, enfilaron hacia el domicilio que habían escogido con anterioridad.
Dos horas de espera
Sin embargo, al llegar a la puerta de este, notaron que todavía se encontraba dentro una de las personas que allí reside, por lo que resolvieron aguardar hasta que se fuera. Para ello, se quedaron dentro del auto haciendo guardia.
El propietario se retiró de la casa a las 20.30, dejándola sola (los otros dos moradores se encontraban trabajando), y los malvivientes esperaron otra media hora sin entrar en acción. Finalmente, se bajaron del rodado a las 21.08 y, valiéndose de una palanca, forzaron la ventana y se colaron por el quincho de la propiedad.
Sin pérdida de tiempo, se dirigieron directamente hacia una caja fuerte ubicada en una de las habitaciones de la planta alta, a la que llegaron tras subir las escaleras, tapándose los rostros con las manos para no quedar registrados en la cámara de seguridad que allí había. “Se cubrieron como pudieron y es extraño, porque no tenían por qué saber que había una cámara. Claramente conocían los detalles de la casa”, dijo un portavoz. Arriba, se apoderaron de una gran cantidad de efectivo, además de joyas, relojes y otros elementos de valor. De otro cuarto, sustrajeron más objetos que consideraron de interés, siendo “muy puntales en aquello que se robaron”, indicaron los portavoces. “Sabían perfectamente qué había en el lugar y dónde estaba el dinero y las otras cosas que se llevaron. No causaron destrozos ni revisaron otros ambientes”, agregaron.
Con guantes y encapuchados
Con el botín en su poder, escaparon a las 21.18 sin dejar rastro y antes de que alguien pudiera detectar la maniobra. Claro que todavía tenían que salir del country y, al llegar a la puerta, no pudieron franquear la barrera ya que, nuevamente, la tarjeta obtuvo el mismo mensaje que durante la entrada: “Sin registro”.
Cuando el empleado de seguridad quiso ahondar en eso, desde el coche empezaron a gritar: “Huimos, huimos”, y entonces la mujer aceleró, rompió la barrera y segundos después se perdió de vista. Más tarde, un 208 apareció quemado en el Camino General Belgrano y los pesquisas intentan determinar si lo hizo el empleado para perpetrar el ilícito, como se sospecha.
Por lo pronto, mientras se investiga quién ideó el atraco y quiénes lo materializaron, caen fuertes sospechas sobre los encargados de la seguridad del club de campo, no solo por la facilidad con la que entraron los hampones pese a que tanto en la entrada como en la salida el sistema les rechazó la tarjeta, sino por la pasividad tras la fuga de los implicados.
“Cuando escaparon, el guardia se comunicó con un par suyo que estaba dentro y le comentó lo que había pasado, que un auto se había ido rompiendo la barrera, pero no atinó a llamar a la Policía. Y llama la atención que los hayan dejado entrar pese a que el sistema informático informó que no eran propietarios”, dijo una fuente.
Tomó intervención la comisaría Décima, la DDI La Plata y la fiscalía penal en turno número 7, cuya titular pidió las imágenes de las cámaras de seguridad que registraron el hecho. Se supo que los malvivientes utilizaron guantes y estaban encapuchados, y uno de ellos, dentro del hogar familiar, también se tapó el rostro con un buzo que encontró.