Sin rastros de los asesinos

Los dos motochorros que mataron a sangre fría al vecino de San Carlos que había salido en defensa de otros jóvenes continúan prófugos. Los frentistas se quejaron y reclamaron mayor presencia policial

Los homicidas que ultimaron anteanoche a Orlando Casimiro en la puerta de su casa de San Carlos, emplazada en 35 entre 147 y 148, continúan prófugos y sus familiares reclaman justicia por el crimen, mientras que el personal policial avanza en las investigaciones para dar con los malvivientes, informaron fuentes oficiales.  

Para ello, serán claves las declaraciones de los testigos del hecho, tanto de sus allegados como de los cinco chicos a quienes rescató de los cacos que estaban escondidos detrás del auto de la víctima. 

En tanto, los frentistas hablaron en exclusiva con Trama Urbana denunciando que no se trató de un hecho aislado, sino que “hace meses que convivimos expuestos a sufrir robos a mano armada, ocurren a toda hora y nunca hay patrulleros transitando las calles que puedan evitar que sucedan los ilícitos”.    

Un comerciante que trabaja en el barrio hace más de cinco años declaró al respecto: “Están robando mucho. Hay varios casos a punta de pistola, es un lugar muy peligroso. No se puede andar y ya a las seis de la tarde uno no puede salir de su casa. La gente anda con miedo”, y agregó indignado que “hace horas le robaron a un chico que venía caminando: pasaron dos motochorros, le apuntaron y le sacaron todo. También, en la última semana, entraron a robar a un negocio y quisieron violar a la mujer del dueño. Ya no se puede vivir así”. 

La muerte de Orlando 

“Me dieron, me dieron”, fueron las últimas palabras del hombre de 58 años que falleció luego de recibir un impacto de bala en el abdomen, cuando estaba en la vereda de su vivienda, cerca de las 23.30 del domingo. Fueron sus hijos y sus vecinos quienes, tras oír los siete disparos, se encontraron con Orlando tendido en la vereda de su casa. Minutos después, un patrullero del Comando lo trasladó al hospital Alejandro Korn del Melchor Romero, donde sufrió un paro cardíaco y murió desangrado debido a que la bala le hirió la aorta.  

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