Todas las lindas son crueles

Así se llama el corte de difusión escrito e interpretado por Guillermo Novellis, líder de La Mosca. En esta entrevista, realizó un intenso recorrido por los 25 años de trayectoria de la banda

Fiel a la impronta que lo ca-racteriza, Guillermo Novellis llegó a nuestra redacción con sus enormes lentes de sol, una marca registrada de su estética. Junto con los amigos íntimos de su Ramallo natal, integra La Mosca, una formación musical alegre y familiar. Inspirados en diferentes géneros, escriben y componen sus canciones, que suelen estar dedicadas a la soltería, los amigos, las borracheras eternas, el amor y aquellas rupturas que dejan huellas profundas. 

—¿Cómo y cuándo se formó el grupo? ¿Por qué eligieron ese nombre?

—Durante 1995, en Ramallo, hubo dos bandas. Por diferentes circunstancias, cada una se fue quedando sin integrantes y decidimos fusionarlas. El nombre se debe a un juego de naipes, como el tute. Así fue que nació La Mosca. 

—¿Qué mirada tenés sobre la fama que obtuvieron en el exterior y el alcance de sus canciones?

—Creo que vivimos un momento muy especial, porque a fines de los años 90 y principios de 2000 hubo una apertura en el mundo hacia la música latinoamericana. Antes no existían ritmos como el reggaetton ni otras fusiones actuales. Esto permitió que nuestras creaciones pudieran conocerse e instalarse como íconos en Latinoamérica, Europa occidental y también en los cánticos de las hinchadas de fútbol. 

Consideramos que nuestras canciones son música argentina del interior del país. No hacemos candombe rioplatense ni samba brasilera, somos un carnaval de la mesopotamia argentina, música de corso, de comparsa, de barrio. Nos fue bien porque a la gente le gustó y popularizaron las canciones. 

—¿Cómo es la relación con el público? ¿Cambió el vínculo en los 25 años que tienen sobre el escenario?

—Siempre fuimos una banda transversal porque nuestra música atraviesa las clases sociales y edades. Dentro del abánico de grupos en la Argentina, cubrimos un espectro que abarca a todo el país. A las presentaciones viene toda la familia. Quizás no tengamos fanáticos que hacen miles de kilómetros para ver nuestro show, pero puedo asegurarte que donde están nuestras canciones hay una gran complicidad y una relación mágica con la gente. Estamos orgullosos de lo que pasa, porque fue la música la que nos puso en este lugar y lo disfrutamos muchísimo. 

—Las canciones de la banda suelen tener títulos y frases cómicas o polémicas, ¿por qué?

—Este año finalizamos las giras con la presentación del nuevo material y por eso elegimos un corte de difusión pegadizo. En este caso fue Todas las lindas son crueles. Siempre está bueno encontrar una frase o una palabra que llame la atención de alguna persona. Contamos una situación masiva, algo que le sucede a un montón de gente. Buscamos ese detalle como Te quiero comer la boca, Para no verte más, Todos tenemos un amor que nos complica la vida, Muchachos, esta noche me emborracho. 

Todas las lindas son crueles es un llamado a la reflexión, es una verdad. Las lindas no son malas, pero la crueldad transcurre por su indiferencia. Para ellas, nosotros somos invisibles. Cuando hablo de nosotros, me refiero al 99 por ciento de los hombres que habitamos este planeta. Valga esta queja universal para decirles a las lindas que no las acusamos de nada, solo queremos decirles que son bellas. 

Ellas tienen la certeza de que los tipos lindos a los cinco minutos de una charla se vuelven aburridos. Es por eso que esperan la valentía y la audacia de un hombre que las sorprenda. Cuando eso sucede, ves que alguien en el mundo se animó y encaró. 

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