Avance científico: proteína podría regenerar las neuronas lesionadas

Los científicos argentinos Ramiro Quintá, Juana y Laura Pasquini se propusieron estudiar la posibilidad de regenerar neuronas lesionadas, principalmente a causa de accidentes producidos en la medula espinal.

El pasado marzo la investigación fue publicada en la revista especializada “Cell death and Differentation” –la más importante en el ámbito de la microbiología a nivel mundial- y allí exhibieron el efecto que tiene la administración de la proteína Galectina 1 (Gal-1) en los ratones con lesión de médula espinal. En diálogo con Hoy, Ramiro Quintá, investigador del CONICET en la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA, resaltó que “luego de la administración de Gal-1 los ratones recuperaron significativamente la motricidad en aproximadamente una semana”.

Se prende una luz de esperanza para revertir los daños causados por la fractura de la medula espinal que produce la imposibilidad de caminar. En ese sentido, el científico Quintá explicó: “Cuando se produce una lesión en la medula espinal no tenemos la capacidad de poder regenerar los axones (“cables”) de esas neuronas que se cortan y por eso las cabezas que sufren esos accidentes quedan paralíticas. Se corta la posibilidad de mandar las ordenes para los movimientos”. 

Desde que nacemos las neuronas se multiplican, y al mismo tiempo, “emiten” prolongaciones neuronales       -los axones- que les posibilitan conectarse entre sí. De esta manera, van conformando el “cableado” que unirá el cerebro con la médula espinal y que permitirá la transmisión de señales motoras y sensitivas entre ambas estructuras. 

“Cuando una persona sufre estos tipos de accidentes, se corta la medula espinal, y al cortarse hay un montón de fibras que la recubren e invaden el sitio lesionado. Entonces esas células empiezan a eliminar una proteína nociva, y lo que hacen es unirse a las neuronas lesionadas e impidiendo la regeneración de esas neuronas”, afirmó el investigador. Y agregó: “Lo que descubrimos es un mecanismo para bloquear las señales que se producen para atraer esas proteínas nocivas”, mediante la administración de Gel-1 en el sitio de la lesión, a pocas horas del accidente.

A su vez, descubrieron a nivel molecular cuáles son los caminos de las diferentes proteínas del cuerpo. La Galectina-1 es una proteína que fue encontrada en una gran variedad de tejidos de numerosas especies animales, incluido el ser humano. “Logramos desbloquear un camino biológico, que se da en los humanos de forma natural”, expresó Quintá al referirse al hallazgo.

Por último, los investigadores se encuentran dispuestos a probarlos en humanos pero, según informó Quintá, cuesta mucho dinero y ellos no cuentan con los recursos económicos necesarios.

Un chip para la detección temprana del cáncer 

¿Y si pudiera diagnosticarse un tumor cuando éste está en sus fases tempranas cuando apenas afecta a unas pocas células? Un equipo de científicos del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) logró crear un diminuto chip que podría detectar marcadores de proteínas de cáncer en la sangre. Este descubrimiento evitará tener que esperar a que el tumor sea detectable a nivel macroscópico (cuando ya está formado por millones de células cancerosas), que es la fórmula general por la que se detectan la mayoría de los cánceres actuales.

El funcionamiento de este “nanochip” es sencillo: el dispositivo tiene la capacidad de detectar concentraciones muy bajas de estas proteínas de cáncer en la sangre, por lo que permitiría el diagnóstico de la enfermedad en una etapa precoz, lo cual puede suponer un gran avance para un tratamiento más adecuado y temprano de esta enfermedad, no solo por su fiabilidad, sensibilidad y bajo costo, sino también a su manejo y portabilidad.

¿Respirar bajo agua?

Científicos estadounidenses trabajan en el desarrollo de glóbulos rojos que permitirán incorporar 200 veces más oxígeno que lo que naturalmente existe. El nombre de los nuevos elementos formes de la sangre es “respirocitos”.

Robert A. Freitas Jr. publicó el primer estudio sobre estos nanorrobot médicos, que consisten en glóbulos rojos artificiales que son capaces de liberar 236 veces más oxígeno por unidad de volumen que un eritrocito. Este desarrollo se ubica en el campo de la nanotecnología molecular, que permite crear máquinas que rondan el tamaño del micrón.