La crisis láctea impacta en Luz Azul y acelera el cierre de franquicias en todo el país
La empresa reconoce una fuerte caída del consumo, absorbe locales de socios endeudados para sostener su red comercial y advierte sobre el escenario económico del sector.
La delicada situación que atraviesa el sector lácteo en Argentina comenzó a reflejarse con fuerza en la red comercial de Luz Azul. La empresa registró una baja en la demanda, acumulación de stock y dificultades financieras entre sus franquiciados, lo que llevó a la firma a absorber puntos de venta para evitar cierres y sostener su presencia en el mercado.
Según explicó su titular, Gabriela Benac, la marca opera actualmente 70 locales en todo el país, de los cuales 57 funcionan bajo el esquema de franquicia. Sin embargo, la caída del consumo y el aumento de los costos operativos pusieron en jaque a varios de esos emprendimientos, obligando a la compañía a intervenir para evitar una mayor retracción.
“La industria láctea atraviesa un contexto complejo, con sobreproducción a nivel global y un fuerte sobrestock en Argentina, especialmente de quesos”, señaló Benac. En ese marco, indicó que la abundancia de oferta mantiene los precios relativamente estables, aunque a costa de una menor rentabilidad para las empresas del rubro.
Ante las dificultades financieras de los franquiciados, Luz Azul comenzó a comprar locales a socios endeudados como estrategia para preservar su red comercial. “Cuando detectamos que no pueden afrontar el pago de la mercadería y empiezan a endeudarse, les proponemos adquirir el local para que al menos recuperen la inversión inicial”, explicó la ejecutiva.
Benac remarcó además que el comportamiento del consumidor se volvió más restrictivo, con una fuerte búsqueda de precios bajos. Para frenar la caída en las ventas, las empresas del sector optan por sostener valores aun resignando márgenes de ganancia, en un contexto que, advirtió, se ve agravado por las políticas económicas impulsadas por el Gobierno nacional.
