Iguales a la Dictadura

Un viejo axioma de la Justicia reza: “Todos los ciudadanos son iguales ante la ley”. Así lo establece nuestra Constitución Nacional en su artículo 16, y es la garantía que tenemos los argentinos para no terminar viviendo en una selva donde siempre se impone el más fuerte.

Lo que hizo el juez Martínez de Giorgi no resiste ningún análisis. El propio magistrado decidió convertir en letra muerta nuestra carta magna al permitir que Bonafini no acate lo que él mismo había dispuesto cuando ordenó la detención de la titular de Madres ante su permanente resistencia a ser sometida a una declaración indagatoria.

Cabe destacar que los delitos que se le imputan a Bonafini son aberrantes hechos de corrupción. Estamos hablando del despilfarro de cientos de millones de pesos del Estado que, en lugar de haberse destinado a viviendas populares, habrían terminado llenando los bolsillos de dos hermanos parricidas –los Schoklender- y de hasta la propia hija de Bonafini.

Con su actitud, Bonafini demostró lo que realmente es: una enemiga absoluta de la democracia, que detesta y combate a las instituciones. Su actitud fue una verdadera afrenta a los miles de argentinos que combatieron la dictadura y dieron su vida para que en la Argentina todos los ciudadanos puedan tener derecho a un juicio justo, con todas las garantías del debido proceso.

Bonafini demostró, una vez más, que se encuentra en un plano de igualdad respecto a la guerrilla, a la Triple A y a los propios genocidas militares que no dudaron en recurrir a las armas como forma de acceder al poder y romper el orden constitucional.

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