Corrupción y lavado de dinero

Más pruebas que vinculan a Máximo Kirchner y Báez

Durante el famoso allanamiento realizado el año pasado por la Policía Metropolitana y ordenada en ese momento por el juez Claudio Bonadío en oficinas de Máximo Kirchner en Santa Cruz en la causa Hotesur se encontraron varias pruebas: carpetas sobre reservas de habitaciones alquiler de uno de los hoteles K hechas por organismos financiadas por el Estado; folios con documentos de giros de dinero entre Néstor Krichner y una empresa de Báez; veintinueve facturas del contador de la familia K  correspondiente a alquileres de propiedades al constructor más beneficiaron con contratos de obra pública.

La policía y los enviados del juzgado de Bonadio encontraron también un cuaderno escrito a mano presuntamente por el propio Máximo. Allí estaban enumerados los pagos de los inquilinos de inmuebles que su familia les rentaba al menos hasta ese momento a “Austral Construcciones”, de Báez. La escritura en cuadernos de información de todo tipo era uno de los métodos de trabajo de Néstor Kirchner. Los investigadores presumen, por testimonios recogidos allí mismo, que el hijo trabaja, en ese sentido, como lo hacía su padre.

Los agentes de la Metropolitana también se toparon con dos objetos que podrían haber despertado alegría en Néstor Kirchner. Al menos es lo que se convirtió en un ícono de video en lo que se lo ve feliz cuando descubre una bóveda en un despacho municipal sureño: en las oficinas de Máximo había dos cajas fuertes de dimensiones importantes. En el lugar había medio millón de pesos en efectivo.

El avance de la causa Hotesur, liderada por Bonadio, cambió tras ese operativo. Antes de que las pruebas llegasen a Buenos Aires el juez fue removido por la sala 2 de la Cámara Federal. Un récord. Ahora el expediente es instruido con otros tiempos por el juez Daniel Rafecas. Quien impulsa la investigación es el fiscal Carlos Stornelli. Las pruebas duermen ahora bajo custodia de la Prefectura.

Hay que remarcar una vez más, como desde hace años, en las páginas del diario Hoy, venimos alertando sobre una cuestión que consideramos clave: casi ninguno de los graves hechos de corrupción que ocurrieron durante la era kirchnerista se podrían haber concretado sin la abierta complicidad de la conducción de la AFIP, siendo Ricardo Echegaray uno de los principales garantes de la impunidad K.

La complicidad de la AFIP en la corrupción estructural de la era K fue la premisa principal que motivaron nuestras investigaciones en las cuales describimos la génesis de los negociados que se tejían dentro del organismo recaudador (coimas, empresas fantasmas, aprietes a críticos y opositores, etc.)  y los vínculos con la impunidad con la que se manejaron los Kirchner y sus socios políticos y empresarios.

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