Se adelantaron las fiestas: le regalamos U$S1500 millones a Repsol

Es lo que estaría negociando YPF en concepto de la expropiación del 51% de las acciones.  Pero si se hiciera la tasación correspondiente por la ley Argentina, no se le tendría que pagar nada. La empresa española desmanteló la petrolera estatal 

El kirchnerismo en vez de destinar los recursos de la economía hacia la inversión para combatir la pobreza, la desocupación, construir escuelas u hospitales, usará los fondos del Estado para pagarle a la empresa española responsable de desmantelar la petrolera estatal YPF.

Según publicó el periódico español El Confidencial, el Gobierno de Cristina Fernández le habría ofrecido a Repsol 1.500 millones de dólares como compensación por la expropiación de YPF que se realizó hace casi año y medio.  Este dinero, obviamente, no aparecerá por un acto de magia del kirchnerismo: saldrá de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos.

La propuesta es ridícula teniendo en cuenta que por un lado se trata de la compañía que se encargó de que la producción petrolera y gasífera del país descendiera hasta niveles insólitos, y por otro que hasta el propio Gobierno usó como argumento los innumerables incumplimientos del contrato de concesión por parte de Repsol para expropiar el 51% de YPF.  Claro que, luego de hacerse de la mayoría accionaria de la compañía, lo único que hizo el gobierno fue profundizar la debacle al punto que el Estado se está desangrando, desde el punto de vista económico, para importar el combustible y la energía que no se produce en nuestro territorio. Sin ir más lejos, debido a que la producción de YPF se viene derrumbando, este año habría que desembolsar la friolera suma de 13 mil millones de dólares para comprar hidrocarburos, especialmente gas, en el exterior.

En definitiva, la iniciativa de la Casa Rosada termina demostrando que el kirchnerismo fue cómplice de ese vaciamiento y pretende ahora entregarle a la empresa española una cifra millonaria en concepto de “indemnización”. En definitiva, tener una petrolera saqueada como YPF es lo que permite que se esté firmando acuerdos leoninos con multinacionales, como Chevron, que con inversiones irrisorias van a saquear nuestros recursos naturales, utilizando tecnologías –como el fracking- prohibidas en otros lugares del mundo debido a que pueden generar desastres ambientales. 

No es casualidad, asimismo, que una de las compañías con la que está negociando el gobierno para explotar el yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén, donde se usará el fracking, es la mexicana Pemex, que es accionista de Repsol. 

La relación del kirchnerismo con Repsol es de vieja data. Cabe recordar que en los años ’90 gracias a los votos de los legisladores de Santa Cruz en el congreso, que respondían al entonces gobernador patagónico Néstor Kirchner, se concretó la privatización de YPF. Luego, en 1998, cuando Repsol se hizo cargo de la compañía, el gobierno de Santa Cruz vendió acciones de la empresa privatizada y amasó más de 500 millones de dólares que fueron girados al exterior.

Estrategia nefasta

Para entender la dimensión del problema hay que remontarse al momento de la expropiación, que tuvo enormes falencias y una estrategia que desde el principio fue errada. 

“El país se ve obligado a negociar, porque con respecto a la expropiación está muy lejos del cumplimiento de la ley. Porque la Constitución Nacional dice que no se puede expropiar antes de haber pagado la correspondiente indemnización. Y la ley de expropiación también dice que si no hay una evaluación del valor de lo expropiable por el Tribunal de Tasación tampoco se puede expropiar. Tampoco ha habido esto”, explicó a Hoy el exdirector de Yacyretá durante el último gobierno de Perón y especialista en temas energéticos, Félix Herrero.

“En la Bolsa de Valores de España YPF fue tasada en 10 mil quinientos millones de dólares. El Gobierno argentino acaba de evaluar que el 51% que corresponde a la Nación y a las provincias vale 1500 millones de dólares, o sea que el total es de 3 mil millones, no tiene mucha cercanía con los 10 mil quinientos millones que pedía al principio Repsol”, señaló.

“Es decir, que los 3 mil millones de dólares que dice el Gobierno que vale YPF, es una cifra que arroja considerando que la expropiación es un problema de negociación y no de aplicación de la ley. Argentina debe respetar la ley, llamar al Tribunal de Tasación, y no entrar en este juego”, concluyó.

Intercambio de favores

Según trascendió, el presunto acuerdo al que podría llegar YPF con Repsol mediante el pago de 1.500 millones de dólares sería un intercambio de favores para que el Gobierno español apoye el reclamo ante Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, de la mano con el reclamo de España por Gibraltar.

De esta forma, no son casuales los comentarios del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, que esta semana aseguró que hay "enormes" similitudes entre los reclamos de su país y de Argentina.

"Hay coincidencia absoluta en tres puntos", indicó, enumerando que "Malvinas y Gibraltar son territorios sujetos a descolonizacion", "son territorios a los que no se aplica el principio de la autodeterminación sino el principio de la integridad territorial" y que "el contencioso debe resolverse por la vía de la negociación de los países implicados".

El Gobierno realizará un espurio y oculto intercambio de favores que no ayudará en nada a la causa nacional por Malvinas y además le entregará una suma millonaria a una empresa que vació YPF.

Complejo escenario energético

El Gobierno tiene intenciones de conformar a Repsol con 1.500 millones de dólares para evitar que siga con las acciones legales, que perjudican la entrada de nuevos inversores privados que el kirchnerismo necesita para desarrollar el “fracking”.

Sin embargo toda la estrategia del Gobierno está lejos de garantizar la recuperación del autoabastecimiento energético, si no que va a contramano. Félix Herrero señaló que “la importación de gas natural licuado y de otras energías está subiendo ya a 13 mil millones de dólares para este año, o sea que está superando lo del año pasado, claramente”.

De hecho, este año se registró un nuevo récord en mayo, cuando se compró energía por más de US$ 1.550 millones, según información que manejan especialistas con datos de los registros aduaneros. Con esta cifra, se superó el récord histórico de importaciones de energía, que era de US$ 1.307 millones, desembolsados en julio de 2011.

La balanza energética argentina, compuesta por la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, es cada vez más deficitaria.