Madrugada sangrienta: un joven fue baleado en una fiesta privada

Ocurrió en Ringuelet cuando, tras un intento de robo, un sujeto disparó a discreción contra los asistentes y se dio a la fuga. La víctima recibió dos impactos en el abdomen

A la tarde me dijo que se iba a hacer un asado con parientes, al otro día lo encontré internado en el hospital”, dijo Liliana, la madre del joven que ayer a la madrugada fue baleado en una fiesta privada, en diálogo con este medio y sin poder salir del desconcierto. Su hijo Martín Noriega, de 22 años, recibió dos balazos mientras estaba en una fiesta de la comunidad boliviana en un galpón de 523 entre 22 y 23, enfrente de un predio del club Los Tilos. 

Además, una vecina comentó que otra joven también fue herida por las detonaciones. “Eran cerca de las cinco de la madrugada y salí porque escuché varios disparos. Encontré a una chica que tendría 18 años quien, al igual que el chico, estaba tirada en la vereda, pidiendo ayuda”, dijo. A la adolescente nadie le siguió el rastro. 

Agregó, luego, que los agresores habían intentado robar: “Es lo que me contó mi hermana, que trabajó en el evento. Los jóvenes fueron descubiertos en situación de robo y los sacaron del lugar. Y entonces volvieron y dispararon a quemarropa”. Los investigadores creen que los disparos habrían sido efectuados por un solo sujeto en una posible situación de “venganza”. Y que, junto a otros, luego se fugaron en una moto. 

La madre del chico baleado refirió que, de no haber sido por una persona que lo llevó rápidamente hacia el hospital de Gonnet, su hijo estaría muerto. “La ambulancia nunca llegó. Perdió mucha sangre pero por suerte lo intervinieron a tiempo. Ahora tiene que esperar 48 horas para su evolución, pero está estable”, amplió. Uno de los disparos le quedó alojado en el área del colon, luego de haber ingresado por la zona abdominal. 

“Pido que estas fiestas no se hagan más, son clandestinas, cobran entradas, pero no tienen seguridad. Mi hijo es estudiante de la Facultad de Odontología y quiere seguir su vida. Nadie se hizo cargo, y pudo haber sido una desgracia mucho mayor”, concluyó.