“Apenas llegué, me contaron la historia de los uruguayos con Gimnasia”

Sebastián Gorga, central charrúa, visitó el diario Hoy y, entre varios temas, reconoció que los hinchas le remarcaron el intenso vínculo del Lobo con los jugadores de su país. “Es un plus, pero tengo que ganarme mi lugar”, destacó

Este fin de semana me quedo en la ciudad, así que voy y de paso conozco el diario”. Con esa sencillez, Sebastián Gorga aceptó la invitación de El Clásico. El uruguayo, de 22 años, llegó al Lobo hace unos meses y, a pesar de algunas lesiones inoportunas que retrasaron su debut con la camiseta albiazul, tuvo su bautismo ante Arsenal. Sin embargo, después de la buena actuación que tuvo frente a Estudiantes comenzó a ganarse un lugar dentro de los once titulares. 

De buen humor y predispuesto a que los hinchas conozcan su historia y sus objetivos en el club, tras la habitual sesión de fotos, el marcador central charrúa se prestó a una charla exclusiva en la que no dejó tema sin tocar. Entre ellos, la rica historia que une a muchos de sus coterráneos como Guillermo Sanguinetti, José Perdomo, Hugo Romeo Guerra y Santiago Ostolaza, quienes han jugado con la camiseta de Gimnasia. 

—¿Qué balance hacés del equipo y a nivel personal?

—Arrancamos bien, aunque lamentablemente podríamos haber sumado más puntos en estos últimos partidos, como ante Arsenal, que se nos escapó, y en el clásico, que sin duda deberíamos haber ganado. Tenemos  un buen equipo y podemos hacerle frente a cualquiera. En cuanto a lo personal, ahora que empecé a jugar estoy contento. 

—Te costó mucho poder jugar, ¿qué pasó?

—En realidad, me costó llegar al club con grandes expectativas y a la vez tener que guardarme tanto tiempo: primero, por la rodilla, y luego, con la lesión en el tobillo. Me generó ansiedad  tener que esperar tanto para poder mostrarme. La verdad es que fueron días difíciles.  

—¿Con qué fútbol argentino te encontraste? 

—Se juega a un ritmo mucho más alto, hay más velocidad en el juego. A su vez, encuentro similitudes en el aspecto físico, sobre todo en la fricción y el choque. En Uruguay es bastante parecido, más que nada en lo que tiene que ver con el tema de meter y correr. 

—¿Era un anhelo jugar en la Argentina?

—Cuando me dijeron de venir a Gimnasia me gustó mucho la posibilidad de arribar al fútbol argentino, por lo que significa. Llegué de Genoa, que le compró el pase a Nacional, y en junio tengo que viajar, una vez que termine los papeles del pasaporte comunitario.  

—¿Cómo viviste el clásico de La Plata?

—Fue una experiencia muy linda, tanto el ambiente que se generó en la semana previa como el recibimiento de la gente; resultó muy parecido al clásico que me tocó jugar entre Nacional y Peñarol. A mí me encantan  esta clase de partidos.

—¿Sentiste la presión que había por ganarlo?

—Estaba al tanto y lo sabía: no estuve ajeno a esa presión que tiene el club de ganarle a Estudiantes. Muchos llegamos este año, pero rápidamente entendimos lo que significa. 

—¿La competencia por el puesto es cada vez más intensa?

—Siempre te ayuda a crecer como jugador, porque te exige dar el máximo y eso es bueno para todos. Lo importante es que sea sana. Al que le toca jugar, deja todo; el otro apoya y acompaña desde afuera. Hay un buen grupo en Gimnasia, tanto a nivel humano como futbolístico. 

—¿Estás al tanto de la historia que une a los uruguayos con Gimnasia?

—Apenas llegué a La Plata me contaron que muchos uruguayos dejaron un buen recuerdo en el club. Los hinchas me lo hicieron saber. Es lindo que nos quieran, pero en lo personal tengo que demostrar, es un plus igualmente (risas). Tengo que jugar y ganarme el cariño de la gente. 

—Aún no hiciste goles en Primera, ¿es una cuenta pendiente? 

—Lo primero que tengo que hacer es evitarlos; me pongo contento cuando nos están por hacer un gol y la rechazo (risas). No estoy ansioso, no preparo ningún festejo, pero obviamente me gustaría hacer un gol con esta camiseta. 

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