Comenzó “la era Rusa”: un DT que invita a la ilusión

En la tarde de ayer, en el búnker de entrenamiento de Estudiantes de La Plata, en City Bell, se inició formalmente el ciclo de Ricardo Zielinski como entrenador Albirrojo. “Mi exigencia es el esfuerzo”, afirmó el Ruso.

Bienvenido Ruso. Las esperanzas se renuevan y de aquí en adelante, en lo deportivo, habrá que enderezar un barco que hace tiempo perdió el rumbo. Cambiaron los capitanes (entrenadores); los marineros (futbolistas) no estuvieron a la altura del club (dicho por el propio Leandro Desábato, exentrenador del Pincha) y el presidente Juan Sebastián Verón, junto a la Secretaría Técnica de Fútbol, se equivocó en sus decisiones. Los errores podrán tener distinto orden, pero no altera el factor, los resultados fueron de mal en peor, y desde Nelson Vivas a Zielinski, no hubo nadie que pudiera hacer de Estudiantes un equipo competitivo.

Bajo este escenario, en los últimos años la vara quedó baja. La misión del Ruso, entrenador de vasta experiencia, formador de equipos duros y competitivos con pocas estrellas en su plantel, será devolverle la estirpe ganadora a un club que la extravió hace tiempo. En la última temporada se dedicó a romper récords (todos negativos) y deberá afrontar un año más sin competencias internacionales. Tendrá que volver a enamorarse de los primeros puestos de la tabla, de ser protagonista y sobre todo, de ser Estudiantes.

Trabajo es una palabra clave en el diccionario de Zielinski. El entrenador aseguró que el jugador de fútbol tiene sus virtudes, pero tiene que trabajar todos los días para ser mejor. “No hay posibilidad en el fútbol de que lo que hiciste ayer te sirva para mañana. Por lo tanto, mi exigencia es el esfuerzo, la dedicación, el día a día y la convicción de estar en un club importante y lograr cosas acordes al nivel de la institución”, afirmó.

Desde ayer, o mejor dicho desde el día en que se concretó la firma del Ruso en el documento que marcaba que se convertía en el nuevo DT de Estudiantes, las ilusiones volvieron a despertarse en el hincha. Ahora dependerá de los resultados si esas expectativas se transforman en desilusiones o en realidad.

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