por daniel "profe" córdoba

Este seleccionado no ha defraudado a nadie

Se viene la final del mundo ante los franceses, aquellos que nos dejaron con la sangre en el ojo en 2018. Es tiempo de revancha e ir en busca de la gloria.

Por Daniel “Profe” Córdoba

El llanto me hace no estar tan meticuloso a la hora de escribir, espero que lo que voy a decir se transmita, porque la emoción es mucha y tiene lógica. Estamos en la final de la Copa del Mundo de Catar 2022, vamos a jugar contra Francia, este domingo desde el mediodía, a las 12.00, hora de nuestro país, con todas las ganas de que Lionel Scaloni y compañía puedan darnos un nuevo título mundial.

Estos son “corazones indomables unidos en búsqueda de la gloria”. 26 fieras vestidas de celeste y blanco. Veo y escucho términos que usé un tiempo atrás y ahora están en boca de todo el periodismo nacional. Bienvenido sea, señores, la Scaloneta, con el “pequeño gran angelado 10” y sus “secuaces” han llegado al último día y su último partido del Mundial.

En este planeta Tierra, de tanta desigualdad, hay muchos pueblos necesitados de esa “droga sana y que es como un beso de la mujer amada”, llamada “alegría”. La Argentina es una de esas sociedades necesitadas de creer en algo y que no la defrauden luego. Este seleccionado, de hombres con todas las letras, no ha defraudado a nadie. Falta nada o mucho para la máxima gloria, y ahí estarán el domingo próximo, dejando mente, alma y cuerpo otra vez, porque ellos mismos no se conformarían si no llegan al pedestal máximo. Que lo logren, lo merecen y sobradamente.

Este domingo termina todo, llegamos al cierre de una competencia emocionante, con un arranque complejo para la Argentina, pero que luego se acomodó y nos hace soñar a todos, de menor a mayor, con dificultades pero luego con grandes virtudes. La Albiceleste merece ser campeón nuevamente.

Aplaudo de pie a Marruecos

Aplaudo de pie a Marruecos. Nunca se rindió. Garra total. Obligó a Francia a retroceder, monopolizando el control de la pelota, metiendo miedo, pero sin gol es muy difícil. Ellos tienen todo, menos gol.

A los cinco minutos iban perdiendo y el panorama se hace oscuro. Francia, con manejo desde el inicio, pero nunca tuvo comodidad.

En el segundo los galos demostraron que atacando son efectivos. Son buenos, con una eficacia que no brinda brillo, pero así ganaron en 1998 y 2018. Otra final para ellos pero atención, hay un equipo que quiere lo mismo y que está lleno de corazones con talento unidos por la gloria.

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