“Estudiantes tiene algo especial con la Libertadores y la gente lo sabe”
A horas del partido del año, diario Hoy charló mano a mano con Daniel Romeo. El campeón de América habló de todo: la época dorada iniciada por Osvaldo Zubeldía, el análisis del equipo, la valoración hacia la figura de Zielinski y el amor que tiene por la institución.
Daniel Romeo es parte de la historia viva de Estudiantes. Esa narración que va pasando de generación a generación y que explica en cierto punto la famosa “mística”. Campeón de la Copa Libertadores 1970 y autor de un recordado gol ante Nacional en la final de 1971, el oriundo de Tandil llegó a ser catalogado como el próximo “Pelé blanco”. A horas del partido del año en el mundo albirrojo, con su palabra autorizada habló de todo con diario Hoy: sus comienzos con Osvaldo Zubeldía, el cariño de la gente, el presente del equipo, el trabajo del Ruso Zielinski y su amor eterno hacia el Pincha.
—¿Cómo recordás tu paso por el club? ¿Cuáles fueron las claves de aquel equipo campeón?
—Todo arrancó cuando llegó Osvaldo al club, pero cabe destacar que ya estaba Urriolabeitía con quien hice las inferiores. Pisé por primera vez el club con 14 años, siendo espectador de lujo de los primeros campeones. En aquellos años vi cosas increíbles por parte de Osvaldo y luego de Carlos Bilardo, Estudiantes me marcó a fuego. Nadie le regaló nada al club para llegar a semejante posición de privilegio. Debuté con edad de Quinta en Primera y jugué la final del mundo ante Milan con 18 años. Yo vivía en una pensión e ir a concentrar al Country era algo hermoso, en aquella vieja casona. Todo se hizo a pulmón y con mucho esfuerzo. Es el día de hoy que la gente te recuerda con mucho cariño por ser parte de esa época dorada…. Me da mucha alegría ir a la cancha y disfrutar de los partidos de Copa Libertadores con mi familia. Perdí el pelo (risas) y por eso a veces me preguntan si soy yo. La gente siempre me recuerda aquel gol de palomita ante Nacional en 1 y 57. Me lesioné de muy joven y no existía la tecnología que hay ahora, en aquel entonces te hacían radiografía y te abrían a ver qué tenías. A Estudiantes lo reconocen en todos lados por esa época dorada, la mística sigue intacta.
—¿Cómo describís el fútbol actual?
—Ahora es todo anticipo, apriete y espacios reducidos más cambio de ritmo. En las prácticas, Osvaldo y Carlos siempre nos decían: “Hay que repetir, hay que repetir”, por los diferentes trabajos que proponían. Ellos nos explicaban por qué jugábamos al offside y la cantidad de veces que lo practicábamos. Unos visionarios totales, pensar que hay gente que les dice antifútbol por eso, mamita. Hasta que algo no salía a la perfección, no se hacía en el partido. Había que entrenar a full.
—¿Qué partido esperás el jueves (hoy)? ¿La gente tiene con qué creer?
—Estudiantes en la Copa Libertadores es ver para creer. Llegando a la cancha te das cuenta de que el clima es diferente, el aroma es distinto. Para el club tiene algo especial y la gente lo sabe. Estudiantes deja lo que no tiene con tal de seguir en el certamen. Ojalá podamos pasar a la siguiente instancia, no va a ser fácil porque nadie te regala nada. Ricardo Zielinski es un tipo muy capaz, me quedé charlando con él en Chile y pude interiorizarme de lo mucho que sabía de Bilardo y de fútbol. Hay que empujar con el Ruso, me parece que se ganó el aprecio de todos.
—¿Qué significa Estudiantes en tu vida?
—Estudiantes es todo en mi vida. Me formó como hombre y como jugador. Doy gracias a Dios por dejarme nacer y crecer en el club, le debo absolutamente todo. Me emociona hablar de esto. La última vez que vi al flaco Bilardo me quedé tres días llorando, fue duro verlo así. Carlos entregó su vida al fútbol. Estudiantes es eso, entrega total y no guardarse nada.