La Uruguay de Bielsa no pudo con la maquina paraguaya de Alfaro
Paraguay se impuso por 2-0 frente al equipo de Marcelo Bielsa.
Desde que asumió en Paraguay luego de la Copa América 2024, Gustavo Alfaro transformó a la Albirroja en lo que él mismo define, como en el título de su libro, Cazadores de utopías imposibles: con el 2-0 a un Uruguay flojísimo, extendió su invicto a nueve partidos y quedó al borde de meterse en el Mundial.
Fue un partido que marcó a fuego la abismal diferencia entre el presente de ambos. Literalmente un yin y yang: con el orden y la forma de juego que le impuso Alfaro, Paraguay se terminó llevando por delante a un Uruguay que sólo ganó uno de los últimos 10.
Fino en los pases y rápido para recuperar, la Albirroja comenzó manejando los hilos del partido desde los primeros minutos. Y, gracias a los buenos desbordes de Miguel Almirón y de Matías Galarza Fonda, consiguió romper el cero: el 10 del Atlanta United la llevó hasta la última línea y tiró un centro atrás para que el futbolista de Talleres defina cruzado, de cabeza.
Por lo que demuestra en la cancha, una de las grandes virtudes que el equipo paraguayo ha desarrollado bajo la conducción de Gustavo Alfaro es la capacidad de leer el pulso del partido. Frente a un Uruguay apurado por la necesidad de ganar y ansioso tras recibir el primer gol, Paraguay entendió que no era momento de arriesgar. El equipo del profe se replegó con inteligencia, cerró todos los caminos hacia su arco y jugó con la ansiedad. Mientras Uruguay carecía de variantes: su única fórmula fue avanzar hasta el borde del área y lanzar centros sin sorpresa ni dirección.
El plan uruguayo, limitado y previsible, fue neutralizado por un Paraguay que supo manejar los tiempos y la presión. Y, sobre el final, una falta innecesaria y producto del descontrol de Ronald Araújo sobre Julio Enciso le dio a Paraguay un penal que el 19 pateó para liquidar el partido.
Si gana el próximo partido, sellará su boleto a la cita máxima.