palpitamos el clásico platense
La historia del falso gol de Vélez y la cátedra del Profesor
A casi 25 años, Daniel Córdoba reconoció que durante el derbi 119 que definió el Torneo Clausura de 1996 hizo una puesta en escena para desconcentrar a los jugadores de Gimnasia. “Mandé a imprimir 5.000 fotocopias para avisarles a los hinchas que tenían que gritar un gol a los 25 minutos del partido. Era un falso gol de Vélez que nunca ocurrió, pero que desconcentró a los jugadores del Lobo”, admitió.
Corría el año 1996 y el clásico 119 entre Estudiantes y Gimnasia fue único e inédito por varios factores: se jugó en la última fecha, con Gimnasia con chances de dar su primera vuelta olímpica nada menos que en la cancha de Estudiantes y con una puesta en escena única que tuvo al Profe Córdoba como mentor.
Aquel 18 de agosto del año en el que se disputaron las Olimpíadas de Atlanta cayó domingo soleado. No entraba un alfiler en la cancha de Estudiantes.
Los hinchas del Lobo coparon la cabecera del Colegio Industrial, sabiendo que el mejor equipo de la historia del club podía tomarse revancha de lo que había ocurrido un año atrás, en la definición del Clausura 1995, pero ahora nada menos que contra el eterno rival. Dependía de Gimnasia: si ganaba era campeón, porque hasta el Boca de Maradona o el River de Ramón Díaz habían cedido el protagonismo en las últimas dos fechas al Viejo Lobo Timoteo.
Estudiantes, que también supo ser puntero en aquel torneo en el cual se consolidó la revolución “cordobista”, no estaba dispuesto a sufrir la vuelta olímpica en su propia casa. “Si Gimnasia ganaba era campeón. Para la gente ese clásico tenía una carga enorme de dramatismo. Vélez tenía que ganar. Gimnasia tenía un plantel superior al de nosotros. Estaban peleando el campeonato. La cancha hervía”, empezó recordando Daniel Córdoba, quien en ese momento era el entrenador del primer equipo del Pincha. Durante la semana, el Profesor apeló a su ingenio y mandó a elaborar fotocopias para ordenar gritar un gol ficticio de Vélez.
“Mandé a hacer 5.000 fotocopias. Cada una de esas copias se las tenían que entregar en mano en el ingreso de la cancha a 5.000 hinchas. En cada fotocopia decía que a los 25 minutos del primer tiempo los hinchas que estaban en la tribuna de Estudiantes tenían que gritar un supuesto gol de Vélez, como festejando el triunfo del otro equipo que peleaba contra Gimnasia y que estaba jugando a la misma hora. El factor psicológico era determinante para los jugadores de Gimnasia en ese momento”, revivió el director técnico.
“El partido nuestro estaba cero a cero. Encuentro cerrado, con una enorme tensión. Nadie se quería equivocar. Entonces llegó el momento y salté del banco de suplentes, miré a la hinchada de Estudiantes y grité con todo el gol. Los hinchas de forma automática me siguieron y en la cancha se gritó un gol como si lo hubiera marcado Estudiantes, fue ensordecedor. Pero no era un tanto real. Era un supuesto gol de otra cancha que en realidad no se había marcado nunca”, relató Córdoba, cuya finalidad era poner nerviosos a los rivales que se iban a dar cuenta de que los hinchas del Pincha estaban festejando por un triunfo de Vélez que le sacaba el título al Lobo.
Carlos Griguol, en ese momento, se dio cuenta de la maniobra de su colega rival y rápidamente salió del banco a indicarles con ampulosos gestos a sus futbolistas que nada había pasado.
El partido, finalmente, terminó empatado 1 a 1, porque Estudiantes aprovechó una definición de cabeza de Claudio “El Rulo” París, quien luego de ese partido pasaría a Newell’s, y Gimnasia empataría en la parte final con una definición de Roberto Sosa.
Jorge Burruchaga erró un penal en el partido que Independiente estaba jugando con Vélez en el José Amalfitani y el equipo de Bianchi salió campeón, provocando el festejo real (y no falaz por el gol inexistente) de los simpatizantes Albirrojos en La Plata.